Porvenir C. F. versus Real Soñadores
Leía en LA NUEVA ESPAÑA del 29 de agosto de 2013 un comentario sobre el posible museo de las reliquias en Oviedo, en el cual el autor expresaba la dificultad que para el nacimiento de este ente suponían unos cuantos pesos pesados históricos, desde Galileo a Freud. No he conseguido encontrar la relación entre las dos cosas, quizá por la misma razón se debería cuestionar la legitimidad de la fabada o de los programas sanitarios en televisión.
He llegado a sospechar que el citado elenco es un equipo, que se trata en realidad de una fraternidad, asimilable a las deportivas, o sea, que es una alineación. Y voy a tratar de completarla y de buscar el equipo rival.
Jugarán por el Porvenir C. F.: Lutero, Calvino, Galileo, Hobbes, Robespierre, Agustina de Aragón, Darwin, Marx, Engels, Freud, Lenin. Suplentes: Stalin, Marcuse, Umberto Eco, Salman Rushdie y Paco Umbral. Estadio: la Plaza Roja.
Por el Real Soñadores: Sir Tomas Moro, Charles Dickens, Gerardo Diego, Paul Claudel, Maritain, Romano Guardini, Chesterton, Tolkien, C. S. Lewis, Giovanni Guareschi, Ramiro de Maeztu. Suplentes: Gorbachov, Wenceslao Fernández Flórez, Pedro Muñoz Seca. Estadio: La Compasión.
Los hinchas de ambos equipos cometieron repetidos excesos, en algún caso irreparables en cuanto a la persona del jugador contrario. Sin embargo, a pesar de todas las apariencias, casi todos los deportistas del Porvenir murieron de muerte natural. Hubo tránsfugas, como San Pablo, gran creador de reliquias reconvertido en recolector de ellas. Darwin fue otro gran coleccionista de reliquias. En general el juego de los porvenirenses es germánico, ordenado, cuadriculado, con pases medidos. El de los dormilones es de inspiración y alegría, con frecuentes genialidades, a lo brasileño. No cabe duda de que este segundo esquema de juego deleita a sus seguidores, aunque los fieles del Porvenir se recrean en pasadas hazañas de sus ídolos. Sufrieron una severa derrota en 1989, que no impidió continuaran en la Liga.
Es curioso comprobar que en la alineación que encabeza Lutero en la puerta abundan los determinismos: sus teorías se han cumplido o se cumplirán de forma inexorable, sin resquicios. En los segundos quizá su afición a las reliquias les ha hecho ser más acomodaticios, y suelen poner una prudente distancia respecto a las rigideces de toda índole.
Se achaca a esta iniciativa de museo el sospechoso objetivo de querer forrarse. Un famoso lateral del Porvenir esbozó en tiempos el primer principio de la ética, que indica que todo negocio es malo, en especial si lo realiza otro.
Más museos.
Era un museo tan completo que en el mundo no había nada.
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