La vergüenza del Colegio Dolores Medio
Ha llegado septiembre, y las obras en el Colegio Dolores Medio no han empezado. Ni siquiera han puesto el cartel. Ni un miserable acopio de materiales. Han desperdiciado todo el verano.
Recordemos que el centro necesita renovar todo el tejado, que está en muy mal estado. Naturalmente, mientras duren los trabajos el popular colegio de la Luna debe permanecer cerrado.
Pero eso no debe preocuparnos, nuestros hijos no quedarán sin clase. Tras barajar varias ubicaciones para trasladarlos, incluso anunciando oficialmente las instalaciones de la Fundoma a principios de verano, al final va a ser en San Pedro de los Arcos. Los llevarán allí cada mañana dando un bonito paseo en autobús por la ciudad.
No llegan a 200 niños, que bastante suerte tienen que pueden ir a la escuela. Pero a los trastornos para ellos, sus familias y los trabajadores del centro trasladado se unirán los ocasionados a la comunidad educativa del colegio receptor: aunque hubiera sitio para sentarse, deberán compartir patios, comedores, sala de profesores... Así, poniendo las cuentas de modo que nuestros gobernantes puedan entenderlo, estamos hablando de cientos de votantes afectados.
Teniendo en cuenta el plazo anunciado para los trabajos, cinco meses, esta situación se va a prolongar hasta mitad de curso. Dado que las obras públicas jamás cumplen los plazos, posiblemente se acabe el año lectivo sin que más de un centenar de niños cuenten con las instalaciones que les corresponden. ¿Y si se acaba el dinero, como en tantas obras que conocemos en Asturias? El colegio público más antiguo de Oviedo podría estar abandonado durante largo tiempo, sin tejado, expuesto a la humedad y al vandalismo.
Se olvida a menudo que el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Oviedo son dos partes de la Administración del Estado, la cual actúa en nombre de los ciudadanos, entre otras cosas, para dotarnos de los servicios públicos adecuados. Si tuviera que calificar como se hacía antes la actuación relacionada con las obras en el Dolores Medio, diría que los implicados, de la Consejera para abajo, son deficientes, perdón, han sacado muy deficiente. Me explico:
Conocida la gravedad de la situación al menos desde la primavera de 2012, ¿por qué se pasaron Consejería y Ayuntamiento todo el resto del curso peleándose por ver de quién eran competencia las reparaciones? Al final, se decidió que el Ayuntamiento ejecutaría una parte de las obras y la Consejería otra, pero la Administración autonómica llegó a negar que fuera responsabilidad suya, para luego, ¡oh, sorpresa!, descubrir que sí, ¿no conocen sus cometidos?
Por los pelos, parte de las obras municipales fueron ejecutadas a tiempo para empezar el curso 2012-2013. ¿Por qué se tardó hasta este verano en licitar y adjudicar la obra del tejado? Son 300.000 euros y pico, no el AVE del Cantábrico.
Sabiendo que había que tener cerrado el colegio varios meses, ¿por qué se ofertaron nuevas plazas en el mismo sin ninguna advertencia a los padres? Puestos a irnos, podríamos haber elegido otro sitio (con todo respeto al colegio de los Arcos).
¿Consultaron a los trabajadores y padres de los dos centros sobre el traslado? Como los niños, no estamos capacitados para opinar, ¿no? Pues, resulta que ustedes son los administradores, los dueños somos nosotros.
Adjudicada la obra, nos vamos todos de vacaciones con la satisfacción por el deber cumplido. No, señores, les ha quedado para septiembre. ¿No hay nadie que presione a la contrata para que cumpla el plazo? ¿Es que van tan sobrados que les sobra un mes? Pensando mal, llegado diciembre, con el plazo estipulado llegando a su fin, sería fácil presionar a la Administración para obtener más dinero.
Hagan que me equivoque, acaben la obra de una vez, acaben con esta vergüenza. Pero no crean que voy a olvidar todo lo que ha pasado.
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