La Nueva España » Cartas de los lectores » A mi tío Leandro López Pertierra

A mi tío Leandro López Pertierra

7 de Septiembre del 2013 - Marta García López (Oviedo)

Miro, miro y vuelvo a mirar y las flores que te rodean me impiden verte, tío, tío por ser hermano de mamá, pero padre en el corazón de Bea y en el mío propio. Hermana, fuimos afortunadas, pues no todo el mundo tiene la suerte de tener dos padres como tuvimos tú y yo: Paulino y Leandro.

¿Quién eras tío? Eras de todo: hijo, hermano, cuñado, padre (sin tener hijos), tío, sobrino, abuelo (sin tener nietos) y para los tuyos y para mí lo fuiste todo.

Profesionalmente fuiste el mejor ATS, profesión a la que amaste hasta que le tendiste la mano a Bea, como signo de tu despedida; aunque para todo el que tuvo la suerte de conocerte fuiste el mejor médico del mundo. De niña siempre recuerdo gente por nuestra casa de Foncalada elogiando tus cuidados y tu humanidad, pues cada poco nos montabas un hospitalillo. Tuviste muy buenos maestros de profesión, pero tú, tío, fuiste el mejor alumno.

Naciste para ser líder, y lo fuiste, pero siempre desde la sencillez y la discreción. En tu juventud fuiste presidente de la Juventud del Carmelo, alférez en el servicio militar; en tu madurez, vicepresidente del Real Oviedo y en tu vida, la sabiduría, la bondad y la generosidad hechas persona.

Desempeñaste tu profesión como nadie: supervisor en Bacterio y ATS en el ambulatorio de la Lila y en el centro de salud de Martínez Marina, y tus tardes las dedicabas a ejercer como ATS de empresa en Coca-Cola, Renault, Rivayagüe... y, como no, en este tu amado periódico, LA NUEVA ESPAÑA, donde además de disfrutar de tu profesión hacías buenos amigos y participabas en tus tertulias futbolísticas, y muchos me han contado que siempre tenías una palabra amable para aquel que encontrabas a tu paso. Ay, tío, qué homenaje te han tributado tus amigos y tu Real Oviedo, cómo me hubiera gustado que leyeras todo lo que se ha escrito de ti, si encontraras tus gafas, claro.

La mala suerte quiso que el Parkinson viniera a visitarte y no te abandonó hasta el último día. Como sabio que eras, conocías muy bien y sabías todo lo que te iba a pasar. Recuerdo que hace unos cuantos años me dijiste: «Marta, lee este libro sobre la enfermedad de Parkinson, que lo vas a necesitar», y una vez más tuviste razón. Fuiste luchador hasta el final, aunque ella, tío, te venció.

Tus dos grandes aficiones, la ópera y el fútbol, las disfrutaste hasta el último momento, con tus seres queridos: familia y amigos. Aún recuerdo tus cánticos en el baño cuando te afeitabas y tus pachangas de fútbol sala con los tuyos.

Tío, gracias y perdón. Gracias por haber estado a mi lado cuando tanto te necesité: mis operaciones de rodilla, mis extracciones de sangre, mi boda, mi enfermedad de la vista. Gracias por tus elogios a mis comidas y gracias sobre todo por haberme querido tanto y por haber aprendido de ti todo lo que el colegio, la Universidad y la vida no me enseñaron. Y perdón por haberte quitado esa independencia de la que tú siempre presumiste, aunque Bea te buscó al mejor compañero y amigo, Javi, el cual fue y será nuestro Javi desde el día que cruzó el umbral de la puerta de casa. Os entendisteis desde el primer día e hizo que el que iba a ser tu último deseo se hiciera realidad: ir a tu Malleza del alma, a tu pequeña Habana, donde tú tanto disfrutabas en tu casa, con tu huerta, tus animales, tu familia, con los vecinos, los cuales no quisieron faltar a tu última cita contigo el día que te fuiste, y nos arroparon a todos nosotros con sus muestras de dolor y cariño hacia ti, Leandrín. Allí descansas ahora, donde tú siempre quisiste estar.

Tío, por último, sólo quiero pedirte fuerza para mamá, para tu hermana, con la cual conviviste toda tu vida. Está siendo muy duro para todos la vida sin ti, pero sabes que para ella aún más. Bea, Laura, Manu, Sergio y yo, junto contigo, conseguiremos que vuelva a ser feliz, como lo fue siempre a tu lado.

En estos duros momentos sólo me reconforta el pensar que en el cielo brilla una estrella más junto con los abuelos, papá y Cristina, mi suegri, que nos daréis la fuerza a todos vuestros seres queridos.

Hasta siempre, tío, siempre en nuestros corazones.

Cartas

Número de cartas: 46066

Número de cartas en Octubre: 4

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador