Las becas de Wert
Leo en la prensa, en el comienzo del curso ya, que continúa el desaguisado del ministro de Educación con el tema de las becas. Por si fuera poco lo que ya ha dicho al respecto, la prensa le atribuye una nueva perla: «Se confunden las becas con las ayudas sociales», declaraba hace unos días. Me ha hundido porque yo lo confundo, siempre pensé que las becas, gracias a las cuales pude hacer mis estudios superiores y dedicarme a la enseñanza, eran efectivamente ayudas que esta sociedad que se civiliza nos concedía a los que, como yo, no disponíamos de los recursos necesarios y, sí disponíamos de los recursos personales para hacer nuestros estudios año a año (eso era lo que se nos exigía, no repetir curso).
Mi pregunta ahora es: ¿Qué es lo que piensa el Ministro que son las becas? Y las respuestas no son demasiadas. Hasta la fecha pensaba que sus argumentos eran un montaje para enmascarar la rebaja del dinero que se destina a educación. Pero el Ministro me acaba de sacar de otro error al declarar que el presupuesto de becas es superior en un 20% al de años anteriores, es decir, si no está mintiendo, hay un incremento notable de dinero, a pesar de la crisis. No hay, pues, un problema económico. No sería, pues, necesario privar de su beca a quienes vienen disponiendo de ella.
Se trata entonces de un acto premeditado de exclusión consistente en romper con la línea que se venía siguiendo por gobiernos de diferente signo hasta la fecha y, parece ser, aplicar un nuevo planteamiento: se va a privar de recursos de manera consciente y premeditada a alumnos que, teniendo actualmente una beca, pasan cada año al curso superior (requisito actualmente en vigor), y se les va a cortar, de manera consciente, la posibilidad de seguir en la Universidad (o sea, se les va a expulsar). ¿Por qué? Porque son pobres. No encuentro otra explicación. Y sólo se va a permitir estudiar a los pobres que demuestren una capacidad superior: ¿a qué nos suena esto de una raza superior?
A la vez que quedan excluidos alumnos sin recursos económicos, se permite que sigan estudiando otros que sin ser lumbreras, incluso repitiendo varios años, sí se puedan pagar la parte que les toca; sin olvidar que la Universidad actualmente se financia con dinero público, es decir, de todos, y que ahora el Ministro decide restringir a unos cuantos. No le veo la lógica social, y sí veo un trasfondo excluyente muy clasista e innecesario, porque la formación es una inversión social, hasta ahora, muy importante.
No, Ministro, no puedo estar de acuerdo con su idea de valorar distinto el aprobado según la clase social. Le deseo una corta carrera en la política.
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