Los 200
Recientemente se celebró una manifestación atípica en Mieres. Y digo atípica porque no estaba convocada por los de siempre, y además en Mieres, lo cual imprime carácter.
Curiosamente toda la prensa provincial recogió que 200 personas se habían manifestado en Mieres. Cierto que todos coincidían en el número. Uno no sabe qué periodista de qué medio se dedicó a contarlos, pero está seguro que si otros hubieran sido los convocantes, hubieran preguntado a la organización y no hubieran bajado de 20000.
La noticia, tal y como fue reflejada, era que sólo 200 se habían manifestado por su futuro y lo que sería peor, el futuro de Asturias. La noticia no era que, por fin, alguien surgido de la sociedad, de manera espontánea (algunos lo dudan), y al margen de los dueños legales (¿) de la calle, habían sido tan atrevidos que habían convocado a manifestar que no estaban de acuerdo con el establisment porque, no solamente no les resolvían los problemas, sino que les ninguneaban.
Para mí, el hecho de que nuestra adormecida sociedad, ayudada por el narcótico de muchos medios de comunicación, se había rebelado, era incuestionable. Después de muchos años sin apreciar un brote verde de sensibilidad fuera de lo establecido, algo renacía.
Pero hete aquí que viene la información y precisa tanto que el lego dice: para eso no eran necesarias alforjas. Y el desencanto.
Sin embargo recoger aquí que los espartanos eran 300. Cierto que eran 100 más, pero eran muy pocos frente a los miles y miles de Jerjes. Y también perdieron pero después de causar muchas bajas a los opositores. La historia al final les recuerda como valientes perdedores que dieron origen por un lado, a la defensa de la dignidad de los helenos de Asia Menor, y por otro al principio de la caída de un Imperio.
No sé si vale la comparación, pero a mí me gustaría que fuese premonitorio.
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