La Dirección Regional de Deportes y la caza
Es sintomática la secularidad con que la Dirección General de Deportes de nuestra comunidad excluye al deporte de la caza asturiana de su precisa identificación y reconocimiento en el compromiso responsable adquirido en el control, protección y fomento de la fauna silvestre.
Afuera, extramuros de lo que representan y desarrollan las estructuras orgánicas sociales relacionadas con la caza (sociedades de cazadores sin ánimo de lucro), no tiene cabida ni se vislumbran quereres en el debido agradecimiento, explícito, ni unilateral ni tampoco multilateralmente, de la impronta de una labor generosa, filantrópica en gran medida, que contribuye decididamente a la sostenibilidad de las especies propias de su actividad, así como para el conjunto de la biodiversidad y su interacción, como elementos decisivos inmateriales destacados.
Existe en las instituciones públicas medioambientales como denominador común toda una falta de ejercicio de voluntad; una pasividad nihilista que las hace rehuir tenazmente de una pedagogía reglada como vía de tránsito hacia el conocimiento de lo que la caza, su buen ejercicio, representa también para la ciudadanía.
Un desafuero a modo y manera de una perversión simplista en el señalamiento de este deporte seguido desde siempre por nuestros regidores públicos, que actúan en connivencia cómplice, acomplejados y sometidos a favor de la presión exaltada de ciertas corrientes de opinión que les coartan la sensibilidad de poder escuchar y atender la verdadera naturaleza de un deporte, como el que más, que se halla sin protección, vejado injustamente en su concepción y en el descrédito de su práctica.
Cuando desde la precitada dirección, año tras año, se otorgan plácemes y se conceden galardones a destacados deportistas y asociaciones relacionadas con sus correspondientes disciplinas, es de suponer con toda justicia, deberían sus responsables, inexcusablemente, conceder asimismo y no excluir de forma continuada el justo valor que tiene la gestión cinegética llevada a cabo a través de sus organizaciones, deporte al fin y al cabo, y por tanto objeto de atención y trato que el resto de las actividades adscritas al órgano regulador del deporte en nuestra comunidad.
Eduardo Bros Martínez
Oviedo
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