¡Locos, locos, locos del todo!
Leo en la edición de Gijón que el Ayuntamiento debe de repetir unos psicotécnicos para seleccionar administrativos porque: «no se aviso a los 1389 aspirantes de que las respuestas incorrectas penalizaban». Como me parece una situación esperpéntica, la repasaré con ustedes:
Si se trata de un psicotécnico que penaliza los errores, es que es un test en el que cada item (o pregunta) da formalmente varias opciones de las cuales el candidato debe escoger una (aunque puede haber otras formas). A estas alturas de la modernidad todos deberíamos saber esto, y más si es un aspirante a algo. Por otra parte, esto es así, no por una cuestión subjetiva del corrector, sino por una cuestión matemática para establecer la justicia y la ética al corregir. Quiero decir que la persona que entregue un prueba en blanco sin contestar, obviamente, tendrá un cero, y que, igualmente, la persona que contesta a todas las preguntas al tuntún, también debe sacar un cero, aunque haya acertado alguna por casualidad. Por tanto, el penalizar las respuestas erróneas es algo intrínseco a la buena corrección. Deduzco por tanto que, de lo que se está informando en el periódico, es de que se va a repetir una prueba porque no se avisó, previamente, de que la prueba iba a ser corregida correcta y honestamente. ¡Vamos, una locura!
Lo que se nos está informando, es que hay que repetir el examen porque las personas «inteligentes» que contestaron a las preguntas al azar (para ver si acertaban), fueron penalizadas «injustamente» y deben tener una segunda oportunidad por no haber sido avisadas de dicha penalización antes de intentar engañarnos. Ya que, parece ser, estas personas son de lo más necesario para nuestro Ayuntamiento en su función administrativa; mucho más necesarios que todos aquellos que se comportaron como «tontos» y que, cuando, ante una pregunta, eran conscientes de que no sabían la respuesta, éticamente se abstuvieron de contestar y la dejaron en blanco. Pues, a la vista está, lo propio de un futuro administrativo para nuestro ayuntamiento es contestar siempre con lo primero que tenga a mano y atreverse a responder un disparate.
Para más inri, nuestro edil nos dice que (este hecho de no avisar que el psicotécnico iba a ser corregido correcta y honestamente penalizando a los que se quisieran pasarse de «listos» engañando y diciendo que sabían la respuesta si acertaban por casualidad) era algo muy grave: «Somos conscientes de la enorme gravedad de este tema». Pues ya ve, señor edil, yo también soy consciente de la enorme gravedad del tema; pero por el contrario, no quiero que se repita prueba alguna por las razones anteriormente expuestas. Como seguro no se hará caso de este deseo y, además, se tiene a orgullo el repetir la prueba, insto a todos los jóvenes de Gijón (y a los no tan jóvenes que puedan hacerlo): ¡a que salgan corriendo de este manicomio que les trata tan injustamente, dando pábulo a los que nos tratan de colar su ignorancia como buena!
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