El antiguo parador de Pajares
De los años 1959 a 1961, tuve el honor de vivir día y noche bajo tu manto pizarroso y el placer de poder contemplar permanentemente tu majestuosa elegancia. Desde tu magistral emplazamiento y a través de tus amplios ventanales del comedor, terrazas y habitaciones ofrecías orgulloso, tanto a los que allí teníamos la satisfacción de trabajar como a los viajeros que te visitaban, el placer de recrearnos contemplando los bellos paisajes de las montañas que te rodean, con Peña Ubiña al fondo. Parece que el destino quiso diseñarte, elegirte y emplazarte en aquel lugar, como símbolo y anticipo de tanta belleza como guarda esa tierra asturiana.
Hoy, 14 de septiembre de 2013, vuelvo, lleno de ilusión, a iniciar un viaje de ida y vuelta para visitarte. También para reunirme, ahí, en ese mismo lugar, con algunos de los que en aquella época fueron colaboradores, amigo/as en definitiva, en las tareas de hacer funcionar tus instalaciones y así dar el mejor servicio a cuantos visitantes pisaban el umbral de tan noble establecimiento hotelero. Aquí nos tienes, ante tu espectacular y majestuosa construcción, con el fin de contemplar de cerca tu esbelta arquitectura y vivir unas horas junto a ti, entrañable parador de Pajares.
Gracias a la amabilidad de la inmobiliaria Reines, que ha tenido la gentileza de abrirnos tus puertas, hemos podido satisfacer la deseada aspiración de volver a contemplar la belleza, también, de tus interiores, demostrarte nuestro cariño y compartir unos momentos la tristeza de tu soledad.
Al dejarte mis sentimientos son agridulces. Por un lado, he vuelto a ver lo que tiempos atrás durante tres años consideraba mi casa. Por otro, de sus muros y paredes me parecía que saltaban lágrimas añorando la vuelta a lo que fue su pasado y reclamando, cuanto antes, atención especial para evitar mayores desperfectos que dificulten su posterior rehabilitación total. Personalmente deseo y espero que el emblemático buque que representas y corona este puerto de Pajares pronto levante anclas y vuelva a navegar.
Como administrador (hoy directores) fuiste mi primer destino, y no sé si ese hecho mismo, o fue una serie de vivencias ahí disfrutadas unas veces, sufridas otras, la motivación que ha dejado en memoria una especie de amor filial para contigo, no comparable con los sentimientos que guardo de otros importantes paradores que tuve el honor de administrar.
Nunca podré olvidar el apoyo e ilusión que encontré en toda la población asturiana y el esfuerzo y trabajo bien hecho de toda la plantilla de personal, que, junto al responsable ejercicio de mis obligaciones y competencias, hicieron que el resultado de la gestión del entonces parador fuera totalmente justo y razonable.
Gracias otra vez a los responsables de Reines y a los amigos y entonces y colaboradores: Saso, Mercedes, Esperanza, Carmina, Mari, Angelita y el compañero Manolo, que me brindaron el placer de compartir mesa y mantel en el mesón, frente al parador, entonces llamado «de los Pacos» y degustar, junto a ellos, un excelente menú. Gracias, amigo/as, y confiemos en que el gigantesco barco que corona este puerto de Pajares vuelva pronto a navegar.
Ildefonso Sanz del Barrio
Madrid
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