Amor de madre
Estupor! Detenida como imputada la madre de la niña de 12 años asesinada en La Coruña! Sin perjuicio del beneficio de la presunción de inocencia, ¿cómo comprender que una madre (abogada muy bien relacionada además, por si el título de madre no fuera suficiente) cause consciente, quizá premeditadamente, la muerte a su propia hija? Como todos sabemos, el amor de madre es verdadero, incondicional y más grande que cualquier otra cosa del mundo. Y a mayor nivel cultural y poder adquisitivo, mayor gloria y felicidad reinan en nuestros corazones. Por eso, ante un suceso que cuestiona de este modo tales principios fundamentales, la opinión pública necesita respuestas, pistas que ayuden a comprender el porqué y nos devuelvan la seguridad en nuestros valores y certezas. No hay que esperar mucho. En apenas horas, los informantes van dejando caer pequeños detalles que nos puedan ayudar a librarnos de nuestros fantasmas. Fallecimiento de los padres de la detenida hace apenas un año, reciente separación del padre de la menor y ¡bombazo!... la niña era adoptada. Premisas para un silogismo ignorante y cobarde, cuya conclusión nadie osará pronunciar. Tan edificantes y sesudas como las clásicas que morbosa y tendenciosamente vienen relacionando las separaciones conyugales y la condición homosexual con tragedias de todo tipo. Ojalá quienes gozan del privilegio de influir con su palabra o con su pluma en la opinión pública demostraran más responsabilidad y mayor sensibilidad. Soy madre. De tres hijos. Adoptados los tres mucho antes de conocerles. Adoptar es, en acepción de la RAE, tomar resoluciones o acuerdos con previo examen o deliberación. Por eso, afirmo rotundamente, mis tres hijos son adoptados. Porque parí a mis dos hijos después de sendos embarazos deseados y buscados. Y porque a mi hija la deseé y la busqué con la misma intensidad, aunque no entre las sábanas de mi cama, sino en una casa-cuna de Rusia. En serio, ¿alguien cree de verdad que el amor de madre viene de serie con el parto? Alguien duda de que el amor de madre y de padre sólo son verdaderos, incondicionales y más grandes que cualquier otra cosa en el mundo cuando la filiación es consecuencia de la adopción del hijo? Tristemente así es. Algunas mentes y demasiados corazones son así de estrechos. Son los que conciben a los hijos como una propiedad, como una prolongación de sí mismos. Un concepto tan pobre y egoísta del amor. Doy gracias por que mi hija no tenga aún edad de leer periódicos. Si la tuviera, le diría que, aunque me gusta pensar que soy una buena madre, sé que no soy perfecta, y lo cierto es que no tengo ni idea del lugar que ocupo en el ranking de madres. Del mismo modo que no tengo explicación sobre cómo una madre puede llegar a acabar con la vida de un hijo. Pero tengo una certeza para ella, y para todos los hijos adoptados dentro y fuera de una cama. Quiero a mis tres hijos más que a mi propia vida, y la clase de madre que yo sea no guarda ninguna relación con la forma en la que llegaron a mi vida, y mucho menos con lo que ellos son: hermosos, inocentes y vitales (no biológicos, adoptados, de parto con cesárea o de parto sin dolor).
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