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Un inmenso solar en poder de manos muertas

2 de Octubre del 2013 - Pedro Mieres Barredo

Esto solamente lo puede arreglar Mendizábal. Casi medio millón de políticos que nos ha proporcionado nuestra venerada Constitución. Alcaldes, concejales, asesores, allegados, defensores del ciudadano, procuradorías, coches oficiales, diputaciones, cabildos, autonomías con cientos de miles de individuos viviendo del aparato, políticos del Gobierno central, supranacional, autonómico.

Viajes, dietas, festejos, banquetes en el extranjero para atraer inversiones de fuera, de los propios comensales, que son todos españoles, tarjetas de crédito que utilizan ellos y pagamos nosotros, jubilaciones generosas sin haber cotizado los años que se les exigen a otros.

Se contrató personal en las administraciones públicas sin ningún control ni límite, sin tener que aprobar una oposición, cualquier cantamañanas puede colocar unos amiguetes o familiares y a partir de ahí tenemos que mantenerlos de por vida.

Prejubilados a los cuarenta y tantos años después de haber trabajado en empresas que siempre han sido deficitarias y que pagamos todos, jubilados, parados, minusvalías, dependencias, sanidad y educación gratuitas, catedráticos honoríficos, honor, honorarios, euros.

Los sindicatos se apuntan, subvenciones millonarias, control y decisión sobre las contrataciones de personal. «Tate tranquilu que la tu fía entra en la Hidroeléctrica, y si no dícesmelo a mí». Liberados a miles, exonerados de las consecuencias del pecado de Adán.

Un enorme solar en poder de manos muertas. ¡Que llamen a Mendizábal y que acuda inmediatamente! ¡Sí, señor!

El aparato ha creado empresas que siempre serán deficitarias, y allí están los de siempre, con sueldos que ellos mismos se asignan por gestionar proyectos que siempre van mal y cobran como si siempre fuesen bien. Recién llegados elevados a la categoría de cabezas pensantes que de la noche a la mañana pueden gestionar una gran red hotelera estatal sin antes haber administrado un hostal. Aeropuertos de juguete que nunca serán utilizados, pero en los que, como en las carreteras y otras infraestructuras, llovieron riadas de comisiones inconfesables. No sabían hacer otra cosa y además eran lo más rentable para su propio bolsillo.

Unas Cajas de Ahorro en las que se podía ver varias generaciones de una misma familia, el abuelo prejubilado, su hijo indemnizado y prejubilado (ahora ejerce de consejero, por cuatro duros), y el nieto a punto de prejubilarse. Derecho hereditario elevado a la normalidad.

Bienestar social a base no de la riqueza disponible sino del endeudamiento imparable, las exigencias de los ciudadanos se complacen con más crédito, que el Estado se puede endeudar hasta el infinito.

Subtítulo: Había un país con gastos inimaginables e injustificables

Destacado: No hay solución para tanto aquelarre, solamente un hombre Estado podría atreverse con este tinglado, pero aún no ha nacido ni está previsto que nazca en este siglo, así que la única solución es la fragmentación del territorio y que cada trozo comience desde cero

Destacado:Los heroicos luchadores por la democracia en la época de la dictadura han sido absorbidos por aquélla, vivieron y viven de ella, y se callan a la hora de rebelarse contra lo que ahora tenemos, que hay que pensar que no es a lo que ellos aspiraban

El administrado llega a creerse que es rico y que sus políticos son sabios, ¿para qué vale el esfuerzo? Los políticos piensan que son ellos los que generan la riqueza y no se explican cómo de repente ha aparecido el plano del tesoro, sin tan siquiera buscarlo, y que de la noche a la mañana les capacita para repartir dinero a todo Dios, sin sospechar las consecuencias. Me vendes lo que no tienes y estoy en el lote incluido; es tanto lo que me quieres que barrunto que me has vendido.

Si el crédito no alcanza se exprime a la economía productiva, a los que crean riqueza. Hay que recurrir a los ricos, a los que más tienen, y repartirlo. Curro Jiménez ha establecido una red administrativa para distribuir los bienes entre los necesitados, pero la red se le ha ido de las manos y ha crecido tanto que se come todo lo incautado antes de llegar a su destino. Y ya no quedan ricos, o los pocos que quedan dan un rodeo y no se adentran en Sierra Morena para evitar a Curro.

El aparato administrativo se rebela y exige más, y controla a Curro y a su cuadrilla y sólo puede sobrevivir a costa de los otros, y controlan y sancionan sólo con sus razones. Compras un piso que te ha costado tanto y te dicen que te pasas de listo, que ha costado cuanto, y te meten ochocientos euros de más y te queda la cara así, como la que se le ponía a Santa Teresa cuando se obstinaba en desafiar la ley de la gravedad. Puedes, eso sí, presentar un recurso, y vas y lo presentas, y ante la avalancha de recursos parece ser, es lo que he oído, que la Administración se está ahorrando un montón en papel higiénico. Hay que permanecer agazapado, pasar desapercibido, te vigilan, buscan y persiguen, y en cuanto levantas la cabeza te la machacan a garrotazos. Que no nos vean que nos mean.

Cargos políticos otorgados por sus partidos a personas que se han saltado todos los escalafones y que de repente aparecen como alcaldes de ciudades con millones de habitantes, para gestionar sus inversiones, recursos y gastos. Se vienen arriba y se consideran capaces de hablar en inglés y lo que haga falta. La alcaldesa no sabe ligar cuatro palabras seguidas en español y lo lleva todo escrito; de repente se lanza en inglés a hablar del café y otras excelencias. Mira, al menos no se le ha caído la falda. Si quieren saber quién fue su «teacher» busquen al cónyuge. No es bueno que haya desaparecido el teatro Argentino, que venía cada temporada y traía cosas interesantes y chicas monas con mallas gruesas. Un año vino un caballo que se llamaba «Tony» y que obedecía a la voz de su dueño, sin gestos ni trampas. Su dueño era americano y hablaba un castellano apenas comprensible para los espectadores, pero el caballo, que debía ser bilingüe, le entendía bastante bien, al menos ejecutaba las órdenes que le daba. No estoy seguro de si el momento fuerte de este número era el caballo o su dueño intentando hablar español. Si a continuación saliese al escenario la pareja del bigote y el café, haciendo a dúo «Moon River», sería la leche.

La dictadura unipersonal nace ajena a la ley y casi siempre con violencia. La dictadura gremial es legal y punto, y abre las puertas a grupos de individuos, aupados por sus partidos políticos y que utilizan el voto como escudo para emprender el asalto a los dineros públicos, como representantes legales del pueblo. La llamaremos democracia, para hacerla inviolable, y no desarrollaremos leyes que nos puedan controlar, y en último caso no las aplicamos y si se ponen pesados nos aforamos. Simulamos independencia de poderes y p’alante, que libramos. Mejor habernos metido el voto por aquella nuestra parte donde todas las esencias se desbordan.

Amparados en la Constitución a la que se le han atribuido tantas de virtudes pero que contiene aspectos que han permitido la ruina, al contemplar autonomías imposibles de controlar, con prebendas a todo Dios, como fábricas de contratación, con gastos inimaginables e injustificables y con un Senado que casi triplica a EE UU en número de senadores, con la séptima parte de su población. Aparte de cobrar, ¿qué hacen? Una Constitución alabada por todos, y se celebra su onomástica y se agasaja y recuerda a sus padres, sin reprocharles la falta de previsión en cuanto a las consecuencias de lo que estaban firmando. Se reunieron, constituyeron y firmaron. Y ahí está el resultado.

Los heroicos luchadores por la democracia en la época de la dictadura han sido absorbidos por aquélla, vivieron y viven de ella, y se callan a la hora de rebelarse contra lo que ahora tenemos, que hay que pensar que no es a lo que ellos aspiraban (parece que con el nombre y alguna que otra canonjía les basta) y que no consigue controlar a los que manejan los poderes públicos y además no responden por ello, exceptuando cuatro gatos que caen por exceso de confianza o porque se denuncien entre ellos mismos. Hacienda, por cierto, siempre se entera la última. Se mueven cientos de miles de millones, se firman ante notario traspasos de propiedades con DNI falso y la Agencia Tributaria sigue colocada frente al mar y mirando las nubes a ver si una gaviota le caga en un ojo, o en su base imponible, mientras con las manos hurga distraídamente en la calderilla del bolsillo de los desgraciados que pasan por su lado, al descuido.

No hay solución para tanto aquelarre, solamente un hombre Estado podría atreverse con este tinglado, pero aún no ha nacido ni está previsto que nazca en este siglo, así que la única solución es la fragmentación del territorio y que cada trozo comience desde cero. Lo de Cataluña está al caer, y las Baleares, y probablemente otros, se confederarán con los catalanes, mientras que algunos más emprenderán la aventura en solitario. No se puede ocultar que los catalanes no se sienten queridos por el resto de los españoles, como tampoco se ha de ignorar que cada catalán por el simple hecho de nacer lo hace en calidad de sociedad anónima individual, y luego ya todos unidos constituyen otra sociedad anónima algo mayor, y nos resulta duro tener que amar algo así. Eso sólo lo puede conseguir el Sporting, cuyo presidente saliente ha insistido en que la gente no se termina de enterar de que la entidad es una sociedad anónima, a la vez que se promocionaba una campaña publicitaria en la que su ex futbolista más glorioso animaba a los aficionados a hacerse socios y entrar a formar parte de un sentimiento. Hay pocas dudas de que estamos ante un caso claro de sociedad anónima con sentimientos, que es lo que los catalanes, que son más raros que un calvo con flequillo, pretenden para sí. Venga, hombre.

Al final quedaremos, como siempre, los mejores. Nos han facturado en un viaje sin escalas de Bahamas a Bahamenos, dejando un ventanuco en el aeroplano por si a alguno le apetece lanzarse sin paraguas y aterrizar de morros.

La economía productiva no existe, no hay posibilidad de poder alimentar mes a mes a un monstruo constituido por una plaga que ocupa cientos y cientos de despachos con moqueta y que se turnan para subir a la terraza del edificio y, apostados con un rifle de precisión, abatir a todo aquel que intente entrar a suministrarles el alimento de cada día, pensando que ya vendrán más, que siempre habrá más.

¿Y Mendizábal? No le esperéis, señor, no va a venir. Pero ¿no le habéis hablado de problema? Sí, señor, detalladamente. ¿Y cuál ha sido su respuesta? No ha habido respuesta, señor, sólo un corte de mangas. Lógico, debí haberlo supuesto, es uno de ellos. Entonces, ¿no hay solución? Sólo nos queda Napoleón, señor, alguien que ha llegado de fuera ha detectado movimiento de tropas al otro lado de los Pirineos y al frente del Ejército asegura haber visto al mismísimo emperador. No es mala noticia, no, aunque personalmente hubiera preferido al hijo de Pipino el Breve. Crucemos los dedos y sentémonos a esperar.

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