Injustamente tratada
He sido trabajadora, como vigilante de comedor escolar, desde el año 2005, en el Colegio Público de Noreña; unas veces con la empresa Clece, otras con la empresa La Productora, S. A. L., que es la que últimamente tiene adjudicado el contrato de servicio en el citado colegio.
Los contratos han sido siempre a tiempo parcial y por obra o servicio determinado, siendo la jornada ordinaria de trabajo de dos horas al día y especificando la cláusula sexta del contrato lo siguiente: «La realización de la obra o servicio vigilante de comedor en CP Condado de Noreña, teniendo dicha obra autonomía y sustantividad propia dentro de la actividad de la empresa no pudiendo superar 3 años ampliable hasta 12 meses por convenio colectivo».
El lunes día 23 de septiembre se me llama telefónicamente para conocer la empresa mi voluntad de seguir en la misma para el curso 2013-14, para los cometidos antedichos, a lo que contesto que sí. El jueves día 27 se me comunica telefónicamente la voluntad de la empresa de no contratarme, sin dar ninguna explicación, sólo la decisión que han adoptado.
Resulta que en el curso anterior eran diez trabajadoras, tres lo compaginaban con otro contrato de transporte acompañando a los niños/as.
En orden de antigüedad, soy de la más antiguas, desde el curso de 2005, con lo que la empresa no ha seguido el criterio de la antigüedad a la hora de volver a hacer las contrataciones para este curso.
Por otra parte, hay tres que están en el comedor y también en el servicio de transporte, con lo que muy bien se hubiera podido mantener a todas las trabajadoras, repartiendo el empleo, las del transporte con un contrato y las exclusivamente de comedor con el suyo.
Resulta que es el único trabajo que tenía y que escasamente me permitía vivir, y ahora tanto a una compañera como a mí, nos han dejado sin nada.
El director del centro ha dicho en varias ocasiones, ya que este año la jornada es continua, que eso no iba a perjudicar a nadie, y que todas seguiríamos en el puesto de trabajo.
Por otra parte, se trata de una empresa con un contrato de servicios con la Administración del Principado, para el comedor escolar de Noreña y donde –me parece– deberían regir los principios que rigen para la contratación, como el de transparencia, veracidad, no discriminación, inexistencia de arbitrariedad, etcétera. También en cuanto a los trabajadores de las empresas privadas con quienes contrata la Administración.
Me siento defraudada, engañada e injustamente tratada por la empresa La Productora, y no hay peor cosa que no saber por qué, siendo de las más antiguas, no me han vuelto a contratar.
Belén Jiménez Hernández
Noreña
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