Punto final a la protesta por la subestación en Santa Mária de Grado
El Partido Popular ha puesto punto final a una controversia política en el concejo que se remonta ocho años atrás. El mismo partido que prendió la mecha de la protesta, ahora postrado de rodillas ante Red Eléctrica de España, pide la firma de un nuevo convenio ante la exigencia que hace la empresa para que el Ayuntamiento devuelva 200.000 euros, los que el equipo de Antonio Rey se encargó de gastar buscando el voto de sus vecinos, tal como demostró documentalmente el portavoz de IU José Luis Trabanco en el Pleno municipal de septiembre. El PP, como siempre, hace las cosas a su manera, de nuevo sorprendiendo más a los propios que a los ajenos.
Con el brusco cambio de política de alcalde Sr. Rey, el Partido Popular pone su propio punto final a un conflicto que ha tenido en tensión a un grupo de vecinos de la parroquia contra dicha instalación. El convenio recién presentado por el Ayuntamiento no alcanza el aprobado en su momento por IU, anulado por quienes ahora, seis años después, buscan ligero alivio a la deteriorada situación de la economía municipal que ellos han propiciado con sus políticas.
¿Qué tipo de mutación ha sufrido el Partido Popular para dar este giro copernicano? ¿A qué esperan para retractarse de lo que han defendido con verdadera pasión durante tantos años? ¿Acaso han renunciado a sus criterios medioambientales? ¿Se han olvidado de los sectores más débiles de la sociedad? ¿Ya no emplea su fuerza ante los poderosos, como viene siendo habitual en su discurso? Tal vez las cartas de aviso y la amenaza de demanda de REE ante los juzgados reclamando el dinero que había anticipado haya tenido algo que ver en todo ello.
En cuanto a los vecinos de Santa María, ¿es verdad, como alguno de ellos dice, que el señor alcalde los engañó? Imposible, aunque es cierto que Rey lo intenta muchas veces. Algunos de los que lideraron la protesta se mantenían unidos con los populares por motivos inconfesables, para mejor satisfacer sus propias ambiciones. Hasta el momento nadie se ha retractado de sus mentiras en torno a los daños y peligros inherentes a la subestación. Ni sobre las calumnias vertidas contra los responsables municipales de IU.
Ahora no sirve ni es correcto poner a todo el mundo al mismo nivel de los canallas. En la posición política de IU no hubo sitio para la mentira a los vecinos. Se llamó a las cosas por su nombre y se explicó la defensa del interés general por encima de los particularismos, tan unidos a las políticas reaccionarias. No sería justo que tan brutal campaña de desprestigio perdurase en el tiempo. El Pleno municipal celebrado el 17 de septiembre, con su debate y resultado, ha puesto en marcha las agujas del reloj en el sentido adecuado.
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