España me da pena, y esta mañana más
Apenas tenía 16 años cuando leí las obras completas de Mariano José de Larra (1809 1837), él se suicidó a los 28 años, yo no. Pronto me di cuenta de que la situación seguía igual y España daba pena. Tiempo después supe que ya el poeta Friedrich Schiller (17591805) había proclamado la inutilidad de todo esfuerzo contra la estupidez: «contra la estupidez los propios dioses luchan en vano». Claro que no fue hasta hace poco que tuve la oportunidad de leer al historiador y economista italiano Carlo Maria Cipolla (1922 - 2000), el cual me ilustró sobre la estupidez humana y sus leyes fundamentales.
Castigar las ofensas que se hacen con ánimo de ofender, no debe considerarse censura, sino más bien justicia o adecuación para poner las cosas en su sitio. Algunos ciudadanos, como ofendidos, es lógico que no estén dispuestos a que sean prestados bienes de todos para su lucimiento a quien insiste en ofenderles. Bien es cierto que la frontera entre la provocación y la ofensa es bien corta. Pero si el ofensor ve que su provocación es ofensa y el ofendido se enfada y él insiste en la ofensa sin intentar desactivarla, ya no es provocación: es pura y llana ofensa (y mala educación aparte de mala adecuación). No se trata sólo de argumentaciones, es muy sencillo: si ofendes e insistes en la ofensa no debe sorprenderte que la parte ofendida se enfade mucho. Si encima se puede colegir que lo has hecho aposta, aún peor. Ahora bien, si el concepto fundamental de todo lo manifestado por el artista era desunir y separar, y consigue apoyos en unos y enfados en los otros, desuniéndolos. Debemos deducir que el artista es un genio. De nada han valido las enseñanzas de Mariano, ni de Carlo, cuando nos prevenían contra aquellos que, con tal de perjudicar a lo general de España, son capaces de perjudicarse a si mismos. Sí, ya lo sé Friedrich, siempre tienes razón. Y, claro, al artista habrá que decirle: ¡Genio! ¡Qué eres un genio!
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo