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Victor Alperi, el escritor de la prosa luminosa

30 de Octubre del 2013 - Carlos Cuesta

Una noche otoñal y sosegada rasgó con sus cuchillas de tinieblas el cuerpo débil del poeta, del hombre tranquilo, afable y solidario, de la persona íntima, amena y del escritor comprometido, sociable y feliz.

Antetítulo: In memoriam

Sumario: Un mierense sabio con viejas raíces en Ibias

Destacado: Amigo de sus amigos y defensor de causas complejas, era un asturiano comprometido con su tierra y enamorado de la cultura y los simbolismos domésticos

Víctor Alperi, de raza mierense pero con viejas raíces en Ibias, abandonó este territorio mundano para dejarse llevar al refugio lejano y eterno de evocaciones bíblicas. Su soledad sonora, compartida con amigos y afectos, quedará en el recuerdo de cuantos lo tratamos a fondo. Viajes diversos por España y encuentros por Asturias desde la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET) representaron un recorrido de conocimiento y complicidad que Víctor, con su socarronería y sus golpes irónicos, convertía en placer amistoso y sensaciones únicas. Su sabiduría y su amplia cultura conformaban la base del periplo perfecto para adentrarse con garantía en el Camino de Santiago, la ruta del Cid, los senderos de la Rioja, la tierra de los Castillos o por la planicie verdosa de la vieja Extremadura entre piaras de cerdos ibéricos, alcornoques y encinas vetustas. Dehesas mágicas e infinitas envueltas en un paisaje rural y abierto donde Víctor Alperi se sentía a gusto y comenzaba su particular danza de la prosa directa, lírica y gozosa. En su libro de viajes: «España, un corazón desnudo», de la editorial KRK, el viajero Alperi se lanza a los caminos polvorientos de la piel de toro y, sin complejos y con mucho entusiasmo, va desgranando con estilo y memoria geográfica lo que encuentra a su paso. Ambiente, historia, paisaje, arte, literatura, fiesta, gastronomía y esencia patria son realidades estudiadas en esta obra que por su tratamiento singular supone un libro de viajes de altura y culto.

Y entre viajes, escritos diarios, encuentros literarios y mucha gastronomía, Víctor Alperi vio pasar la vida con la satisfacción del deber cumplido. Amigo de sus amigos y defensor de causas complejas, era un asturiano comprometido con su tierra y enamorado de la cultura y los simbolismos domésticos. Autor de novelas totales como «La batalla de aquel general», «El rostro del escándalo» o «Dentro del río», significaron un aldabonazo en su devenir como escritor y la crítica lo consideró un renovador notable de su generación literaria. Pero donde Víctor Alperi sobresalía era en los relatos –líricos, humorísticos, satíricos– y en este género demostraba su versatilidad y su fuerza expresiva con una prosa clara, sencilla y cargada de luz y carácter.

Con todo su bagaje intelectual y literario, desde la ASPET se presentó su candidatura a las medallas de Asturias en varias ocasiones. Nada de nada. Se observaba que a los gobiernos regionales del momento no les parecía interesante la obra de Víctor Alperi y optamos por desistir. Por desgracia, en este rincón norteño, la política, en grado superlativo, sigue marcando nuestro camino y de esa forma los avances y los buenos entendimientos quedan en el oscuro recoveco de la intransigencia. Una lástima!

Víctor Alperi, trabajador, amigo, pensador, amante de las buenas costumbres, asturiano intenso, sibarita, culinario de excelentes libros y viejas recetas, escritor de noble pluma y directo en sus opiniones, hospitalario, nos dejó en un otoño de viento ábrego, de castañas perdidas en los bosques, de «desarmes» soberbios, de discusiones acertadas, de días tristes, de marinas sentidas, de encuentros en la Acerona gijonesa, de tu Chiado lisboeta, del pensamiento de tu amiga y colega Dolores Medio, de la Sinfonía de los Valles de Mieres, de los sabrosos filetes de pollo de Santa Cristina, de los amagüestos imposibles y de la Luz de Tánger. Los amigos y compañeros de la ASPET te echaremos mucho de menos. Tu maestría y bondad son recordatorio y realidades perennes.

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