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Democracia o dictadura en Caborana

26 de Junio del 2009 - Laureano González Díaz (Caborana (Aller))

Para que el lector opine voy a relatar un hecho que, de no haber pasado por ello, me parecería imposible que pueda pasar en pleno siglo XXI.

En el Grupo José Antonio de Caborana disponemos de unas calles que desde su construcción fueron calles cortadas, como también con unas zonas verdes con jardines que, según se desprende de las escrituras y registro de la propiedad, son pertenecientes a dicho grupo.

Cuando empezaron las obras de un ambulatorio en terrenos colindantes con los del grupo, la empresa constructora coloca unas casetas para habilitación de las obras en nuestros terrenos sin mediar palabra alguna. Un vecino que decidió pedirles explicaciones fue echado a cartas destempladas alegando que tenían permiso del Ayuntamiento.

Ya casi al finalizar las obras, nos enteramos que además pretendían abrir las calles del grupo para hacer entrada o salida de los usuarios del ambulatorio rodeando las viviendas.

Ante esta nueva noticia enviamos un escrito a la Corporación municipal, firmado por una gran mayoría de los residentes en el grupo, solicitando la anulación de esta circulación, ya que sería factible haciendo más aparcamiento junto al ambulatorio, beneficiando así tanto a los vecinos del grupo como a los usuarios del centro, que se evitarían un rodeo y tendrían más fácil el aparcar, que en estos momentos se ven y se las desean para hacerlo.

Como otras veces, no hubo contestación al escrito, pero sí se personó en el lugar de los hechos el concejal responsable de las obras, quien afirmó que los terrenos eran del Ayuntamiento (aunque no tiene forma alguna de demostrarlo) y que por tanto haría lo que le parecía. Ya que decía que los terrenos eran de ellos, le pedimos que arreglara los jardines que nosotros veníamos haciendo desde siempre.

Ante varios testigos, nos afirma que a partir de ya nos los arreglaría dos veces al año y que procuraría hacer un cierre de madera separando las dos fincas.

Pasa el tiempo y después de inaugurado el ambulatorio, no sólo no había arreglado los jardines, sino que la empresa encargada del abastecimiento del agua, y también sin decir ni pío, irrumpe en éstos para suministrar el agua al centro, destrozando los setos y la calle, haciendo enganche en nuestra acometida y, además, dejando los rastrojos en los jardines.

Insistimos varias veces en que cumplan lo prometido y la contestación de mala manera es siempre la misma: que si hasta ahora los arreglamos nosotros, que lo sigamos haciendo.

Seguro que cuando planteemos una demanda por estos atropellos comenzados ya hace más de dos años echarán manos a la cabeza y dirán que no se puede hacer nada en esta España nuestra, porque todo son pegas e inconvenientes y todo por no arreglar unos jardines como hacen en otros barrios del concejo.

Resumiendo: invasión de terrenos, destrozos de los jardines, apropiación de 25 a 30 metros cuadrados para hacer la calle del centro, anulación de dos plazas de aparcamiento delante de las viviendas, los jardines los tenemos que arreglar nosotros porque lo mandan ellos. Todo esto es un claro avasallamiento de parte de los mandatarios, o sea, una «dictadura», o peor todavía, puesto que además está disfrazada de democracia.

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