Los presupuestos "sociales" del Gobierno
La primera reacción que entre no pocos se provoca con los laudatorios pronunciamientos ventilados desde las filas del P.P y aledaños sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2014, constituye una auténtica sobredosis de perplejidad por el indescriptible descaro de quienes, sin el menor rubor, pretenden dar gato por liebre a una ciudadanía de a pie en galopante desafecto ya de casi todo cuanto provenga de los círculos de poder político.
¿Cómo puede calificar el Gobierno de sociales unos Presupuestos en los que se rebaja un 35% los fondos destinados a la Sanidad y un 47 % -nada menos- los dedicados a la Dependencia? Eso, sin entrar en otras sangrantes podas, como la que se cierne sobre la Educación pública en todos sus niveles.
En realidad, el verdadero alcance de estas decisiones gubernamentales va mucho más allá de su pretendida apariencia, ya que de lo que realmente se trata no es tanto una verdadera reducción de los gastos del Estado aunque sí en los gestionados públicamente- como de un drástico y muy sustancial cambio de modelo en la gestión de los mismos. Se trata, pues, de asfixiar el funcionamiento hasta ahora vigente en la Sanidad, la Dependencia y la Educación pública, detrayéndoles recursos salvajemente y precipitándolas hacia la precariedad funcional.
Si esos objetivos se consiguiesen, sus ineludibles consecuencias caerán sobre las espaldas de los afectados como fruta madura. ¿Quién, de entre cuantos puedan permitírselo, no recurrirá a la atención médica privada cuando a las actuales prestaciones de la Sanidad pública se las haga caer en picado? ¿Cuántos, que les sea posible, no contratarán un plan de pensiones visto el indolente tratamiento que el Gobierno le está dispensando ya a las pensiones públicas? Y, por último, ¿qué padres no se sacrificarán hasta el límite con tal de proporcionar a sus hijos una formación académica privada si a la enseñanza pública se la devalúa mediante un planificado estrangulamiento presupuestario?
Conclusión: lo que realmente se persigue es potenciar al máximo la privatización de estas prestaciones públicas en exclusivo beneficio de los respectivos sectores económicos interesados, extorsionando su funcionamiento y abocándolas a una progresiva degradación por falta de recursos económicos.
Verdaderamente, muy ciego habría que estar para no ver con claridad el color del horizonte al que se condenan una serie de prestaciones que, en cualquier país que mire hacia el futuro, son consideradas pilares básicos de la estructura social. No obstante, aquellos afectados que aún se muestran remisos a reconocer lo evidente que no se preocupen; el tratamiento social reservado por el Sr. Rajoy para esas tres áreas pronto les hará despejar toda duda al experimentar sus efectos en carne propia.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo