Alberto, yo que tú no vendría
Ciertamente, está siendo noticia muy publicada la eventual actuación artística en Piedras Blancas (en Gijón no ha podido ser) del polémico cantante independentista catalán Albert Pla i Álvarez, quien ha confesado públicamente que le da asco ser español.
A juzgar por estas declaraciones, para él ser catalán parece querer ser algo más y puede que pretenda conseguir que su lengua se haga obligatoria en Castrillón a partir del día 22 (precisamente festividad de Santa Cecilia, ¡vaya por Dios, qué música!), como contrapartida de haber sido brutalmente –son sus declaraciones– obligado a estudiar español, cuando es sabido –siempre según él– que el mundo se acaba en Sabadell, ciudad de su nacimiento y residencia.
Lo muy notable de este cantante es que se publicita con andrajos de asqueado como uniforme de oficio y vestido casi como lo hacía hace siglos el asceta sirio Simeón el Estilita; proclama la mierda del mundo comercializándola como si fuera una simple marca de cerveza, y sus palabras revelan una astucia contable, un cálculo de rentabilidad que lo condiciona a no escupir, por si acaso, en el plato donde come y a subirse al carro de las necedades antiespañolas que pueden hacerse para que se lean y se divulguen cuantas más veces mejor.
Su indumentaria de eremita también se parece mucho a la de Juan el Bautista bautizando a Jesús en las aguas del Jordán, que puede ser la otra cara del atildado separatismo del no menos pulido y aseado de su jefe de filas, Arturo Mas. No obstante, pese a la informalidad de rebelde guardarropía que exhibe, se le vincula a otros mundos de particulares intereses.
Es directo y breve cuando habla con la prensa y distante sin perder la cortesía, pero de vez en cuando se desinfla en sus apreciaciones. Por ejemplo, con «Mondo Sonoro» se manifestó de esta guisa: «Busco con afán la independencia de Cataluña y la anexión posterior de España a nuestro territorio». Y, quedándose tan pancho, añadió sobre el ex tesorero del Partido Popular: «Este Bárcenas no ha hecho méritos suficientes para que hable de él en mi espectáculo. Robar, como todos...». De esta facha se explayó.
En fin, que si este virtuoso de la música Santa Cecilia no lo remedia, por decisión política tomada entre partidos afines, en el Pleno del pasado jueves, el Ayuntamiento de Castrillón permitirá actuar en el Centro Valey al asqueado artista y, lógicamente, tendrá que pagarle lo que con él se haya convenido.
En principio, pues, Alberto Pla estará en Piedras Blancas el próximo día 22. «Manifestación», que es como titula su actual espectáculo, llegará al Centro Cultural de esta ciudad pese a las demandas de suspensión del PP. La alcaldesa, Ángela Vallina, de IU, con los votos del PSOE, está decidida a mantener la programación. Y, de acuerdo con lo votado en el mencionado Pleno municipal del pasado día 31, indefectiblemente así tendrá que ser.
Como colofón, y parodiando parte de la letra de una de sus canciones, sin asco por nuestra parte, le diremos al controvertido artista Pla: «Pisha, ¿tú de qué vas?».
Sí, porque otra cosa más fuerte las buenas maneras nos lo prohíben.
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