Carta abierta al consejero de la Presidencia y Portavoz del Gobierno del Principado
Sé que con el título de la carta incumplo una de las normas de oro del periodismo: los títulos deben ser breves; pero no me queda otro remedio que titularla de esta forma ya que así se denomina el puesto de trabajo del señor D. Guillermo Martínez Suárez. Con lo breves que son los nombres de los trabajos de verdad: fontanero, abogado, profesor, confitero, camarero, arquitecto, etcétera...
Pero vayamos al grano: el señor Martínez escribe en LNE un ladrillo de artículo a 4 columnas que lógicamente no he podido leer a fondo por plúmbeo; no obstante, leyéndolo por encima se adivina de qué va dicho artículo: va sobre envejecimiento y pérdida de población en Asturias. El señor Martínez, cuando empieza a ver la que se le viene encima en materia demográfica, nos advierte del problema de la despoblación y el crecimiento vegetativo negativo, e intenta desviar la atención diciendo que es un problema europeo y nacional. Cierto; pero lo que no dice el Sr. Martínez es que Asturias, gracias a las políticas de su partido –que es el que ha gobernado mayoritariamente en los últimos treinta años en esta región–, está a la cabeza de Europa y del mundo en cuanto a crecimiento vegetativo negativo. Vea, si no, la carta escrita por mí hace más de dos años, en este mismo medio de comunicación sobre el asunto; transcribo literalmente: «Menos cinco mil. Sí, señores, ésta es la mágica cifra con la que nos obsequia el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el último año en lo que respecta al movimiento poblacional de Asturias a lo largo del 2010».
Asturias tuvo en 2010 la tasa de natalidad más baja de España, con 7,39 nacidos por cada mil habitantes, mientras que la de mortalidad, con 12,06 fallecidos por cada mil habitantes, también fue la más elevada del conjunto de comunidades autónomas (en números redondos, siete mil nacidos por doce mil fallecidos, lo que nos da la mágica cifra de menos cinco mil habitantes en un año).
Ésta es la realidad, y lo demás son zarandajas. Una región con crecimiento vegetativo negativo está llamada a la desaparición. Lógicamente, esto nunca ha preocupado a los señores De Silva, Rodríguez-Vigil, Trevín, Marqués ni Areces (ni a Álvarez-Cascos ni al Sr. Fernández añado ahora) porque no estarán aquí para contarlo, ya que ellos son los responsables de estas cifras nefastas gracias a sus políticas defensivas y de acojone en general que nos han llevado a la actual situación."
Como verá, Sr. Martínez, de una manera más concisa que la suya, hace más de dos años cualquier ciudadano sin muchas luces de esta región, como el que suscribe, ya veía venir lo que acaba usted de descubrir.
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