Carretera de Busloñe
Alguien en la Consejería de Fomento, Infraestructuras, o como quiera que se llame, ha tenido la feliz idea de hacer una chapuza en la carretera de Busloñe, en Morcín. El deterioro es tal que hasta le da vergüenza a quien sea que maneje este cotarro, que ha decidido poner unos euros para taparnos los ojos de aquella manera. Todos los que usamos esa carretera, jugándonos la vida literalmente a diario, estábamos esperando desde hace bastantes años por el arreglo integral de la misma, pero cuando la bayura era abundante no fueron capaces de llegar con la restauración ni al kilómetro 2. Ahora lo que más nos fastidia es que el Alcalde no deja de espatuxar pidiendo que por lo menos la vayan arreglando a tramos. Señor alcalde, ¿considera que 4 kilómetros de carretera se pueden reformar a cachos? No, lo que usted quiere es que hagan un solo tramo que llegue a la puerta de su casa y a la de su familia. Quiere un tramo que llegue a Cardeo y así solucionar su vida antes de que los votantes lo echen del sillón, mientras que los demás nos las vemos y deseamos para poder circular por el resto. Le voy a decir, porque rara vez se le ve más allá de las aceras de Santolaya, que desde Cardeo para arriba apenas se cruzan dos coches (si encuentras un autobús, ya te quieres morir), los precipicios sin vallas son continuos, las curvas incontables y el asfalto sin comentarios. Los argayos, numerosos y bastante antiguos. O sea, que desde aquí, si lo de los tramos se llevara a buen puerto, exigimos que se empiece por arriba, que es donde verdaderamente están los peligros. Si usted y la Corporación se hubieran empleado a fondo cuando tenían que haberlo hecho, en vez de coexistir con el gobierno de turno y no molestar, otro gallo nos cantaría ahora. Así que no lo olvide, la carretera de Busloñe, como su nombre indica, va desde Busloñe a Santolaya. Somos pocos pero contribuimos como el que más y no recibimos nada a cambio. Ni futbolines, ni juego de la rana ni estaquerines de colores. De modo que queremos que nos atiendan en esta necesidad básica para poder llevar a cabo nuestra vida diaria con un mínimo de seguridad. Así que, por favor, déjese de pedir porciones y luche por el total, que como hice reseñar al principio: sólo son 4 kilómetros de carretera.
M.ª Jesús Martínez Álvarez
Oviedo
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