Otro patinazo digno de Wert
Anular una parte de la beca de los alumnos Erasmus, una vez que las ayudas han sido concedidas y cuando los estudiantes llevan cursando sus estudios más de dos meses fuera de España, ¿se puede hacer con mayor imprudencia y torpeza?
Lo de las becas Erasmus, su publicación en el BOE y su rectificación final pasará a la historia como uno de los grandes patinazos que se pueden cometer en política. Pero no solo el ministro de Educación y Ciencia, José Ignacio Wert, es el culpable, sino todo su equipo en ese ministerio, entre cuyos secretarios de Estados, directores generales, funcionarios y asesores, no ha habido nadie que advirtiese algo muy elemental: que se estaba haciendo la gran puñeta a miles de jóvenes a quienes se les cambiaba la norma ya empezado el curso y, por ende, a sus familias.
Este esperpéntico desenlace de la frustrada eliminación de becas Erasmus, daña la imagen no solamente al Gobierno de España ante sus socios de la Unión Europea, sino, y sobre todo, a la sufrida ciudadanía. Este nuevo desaguisado el ministro Wert, que suele aplicar los recortes en educación con estrépito de elefante en cacharrería, con toda razón, ha sido acorralado por autonomías, universidades, alumnos y hasta de los mismos dirigentes del PP, teniendo que dar marcha atrás a la orden de supresión de la ayuda mensual a estudiantes españoles en el extranjero.
No tiene justificación que el ministro violente las reglas de juego y, de la noche a la mañana, ordene el recorte con los estudiantes en pleno curso. Además de los perjudicados y la oposición, al Gobierno lo cuestionaron desde Bruselas. Y el PP está viendo cada vez con más claridad que el actual ministro de Educación y Ciencia, es un peligro para el propio Ejecutivo de Rajoy.
Además, se ha tenido mala suerte: el mismo día que se organizó la escandalera por 21 millones de euros, que es el presupuesto Erasmus, se publicaba que el Gobierno gastó 28 millones en el 2012 en asesores. Es malo que se equivoquen en las prioridades, pero es mucho peor que no se tenga sentido de la proporcionalidad. País.
En fin, Wert para creer.
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