Discrepancia absoluta, señor Leopoldo
Señor Leopoldo, en su contestación hacia un compañero minero, como lo denomina; hace una carrera dialéctica sin más sentido práctico que observar hasta donde llega esta sociedad nuestra. Ya que, el querer competir en accidentes laborales, es de tal sinsentido entre trabajadores, que roza la ruindad. No es decoroso entrar en ese tipo de disputa, en una carrera que no lleva a ningún lugar; salvo a querer demostrar a los demás nuestros bajos instintos mentales, que muchas veces están mejor escondiditos.
Que la Mina es peligrosa, nadie lo pone en duda a estas alturas, que tiene accidentes graves a diario que tampoco salen en esas estadísticas, también. Pero eso no es óbice para reconocer que su trabajo, y el de otros tiene también sus dificultades en cuanto a la peligrosidad, dificultad y profesionalidad. Amigo mío, no podemos los trabajadores entrar en este jueguecito que nuestro políticos nos inculcaron, del y tú más; de enfrentarnos los unos con los otros, los funcionarios con los que no lo son, los que trabajan contra los que están jubilados, los Mineros contra los que pierden el empleo, los que ganan más, contra los que menos; los parados contra los que están cerca de serlo, los que están de huelga contra los que se sienten perjudicados; etc. Esa desunión, ese egoísmo personal, es el que nos hace padecer la tiranía de nuestros gobiernos y de nuestros empresarios.
Sobre la situación laboral de los accidentados, no se diferencia mucho desde siempre en cualquier empresa o sector, si pueden y aceptan los trabajadores, los recolocan provisionalmente en labores que puedan desempeñar. Por ello, usted, si tiene que reivindicar el abuso de su Empresario, no debe meter por el medio a otros sectores, que también tienen lo suyo. Por ello no es importante preguntar al respecto a su entorno, lo dice y le creemos, pero de ahí a querer estar por delante en esa competición que solo usted es capaz de interpretar, va un abismo.
¿Qué es eso, de que ya está bien, siempre hablar de los mismos? Quiere decir que a los mineros los medios, los tienen más en cuenta que a otros, sin reparar, que quizás es porque se dan a respetar, pelean el pan de sus hijos, sin compararse con nadie. Ese párrafo suyo no tiene desperdicio, todos esos trabajadores que dice en huelga de hambre y sufriendo ¿tienen culpa los mineros de ello? Si los Mineros, que las están pasando canutas por la incertidumbre de su futuro, los mandaran todos al paro; si les elevaran al edad de jubilación hasta la misma que usted tiene ¿se sentirá mejor usted? ¿Se solucionaría lo de esos otros trabajadores que alude? ¡Claro que no! Por ello, le pediría dignidad a la hora de pretender disminuir o compararse con otros trabajadores.
Los mineros siempre fueron solidarios, ahora quizás están entrando como usted en un proceso de paralización en cuanto a honrar la vida. Creo que las hipotecas y el miedo a perder el empleo, no solo paralizan mentes, las distorsionan de tal modo que cuesta leerle a usted, y cuesta verlos algún día unidos en un frente común contra este gobierno que fue capaz de aprobar una reforma laboral cruel que nos lleva a la ruina colectiva. Todos deben apoyarse, pero si sus compañeros del metal piensan igual a usted, quizás no merezca la pena tenerles por compañeros de nada.
En su último párrafo deja claro su pensamiento, interpreta que el trabajo minero es penoso, duro y peligroso, que lo es sin ninguna duda; pero que el suyo también. No he visto y leído a ningún minero decir lo contrario, o tratar de compararse con su sector en nada. Sobre lo de los años de jubilación, quizás su desempeño, debiera estar reconocido de otro modo, pero ¿Por qué debe meter la edad del minero por el medio?
Nada de lo que usted escribió en su alocución, me hace reflexionar positivamente en cuanto a tratar de comprenderle. Entre otras cosas porque jamás un Minero devaluaría la profesión de otro sector; bastante tienen para sí, sin entrar en esa disputa de bajos fondos. Espero amigo mío, no haberle maltratado en replica, simplemente me sentí menospreciado por su discurso anti-Mineros.
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