He sufrido una «migración»
Buenos días, ni nombre es..., y le atiendo desde La Coruña, ¿en qué puedo ayudarle?
–Mire, señorita, es la quinta vez que llamo esta mañana para lo mismo, no me funciona mi correo electrónico, no me reconoce mi contraseña.
–Le paso con el servicio técnico porque yo desde aquí no puedo ayudarla, ha llamado usted a atención al cliente.
–Sí, señorita, es que he llamado a todas partes ya y me han pasado de uno a otro, llevo todo el día «bailando» con ustedes. Y no me vuelva a pasar con el servicio técnico porque o bien me mandan marcar 1 y queda registrada mi avería o bien me ponen con un técnico que me manda hacer una serie de pasos en mi ordenador, entrando en una página web, que yo hago, y el resultado es el mismo, sigo sin correo electrónico y yo lo necesito para trabajarrrrr...
–Si quiere hacer una reclamación pulse 2.
–Mire, yo lo que quiero es tener mi correo como lo tenía...
–Le paso con el servicio técnico...
Al cabo de dos días sin correo y con mil llamadas desesperantes... dicen que he sufrido una «migración» y que me llamarán para solucionarlo.
Los que ya no tenemos hijos en casa que nos echen una mano con esto de la informática y somos poco duchos en ello nos vemos en situaciones cómicas y trágicas a la vez, y encima cuando se lo contamos a nuestros hijos se ríen y nos dicen que somos un desastre; pero qué culpa tendré yo de haber sufrido una migración, que todavía no sé lo que es, sin comerlo ni beberlo.
Estas compañías poderosas ¿no podrían apiadarse de nosotros, pobres mortales que llegamos tarde a la era informática y tener unos técnicos que, como antiguamente, te fueran a casa a explicarte qué le pasa a tu ordenador y pudieras hablar con ellos cara a cara, y no con un técnico que está en sabe Dios dónde, que te dice que hagas cosas que no sabes ni por dónde empezar y en el peor de los casos hablas con una máquina?
Y, encima, la dichosa migración había sido causada por ellos...
Coro Junquera Lantero
Oviedo
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