La educación y el maltrato

El 25 de noviembre se celebra el «Día internacional de la violencia de género», que se trata de la violencia física o psíquica sobre la mujer.

Según las estadísticas difundidas por el Observatorio Contra la Violencia de Género, con sede en el Consejo General del Poder Judicial, sólo en el primer trimestre de 2012 en España se produjeron 30.895 denuncias, el 73,23% puestas por las víctimas, el 11,75% derivadas de los partes de lesiones, el 12,21% como intervención policial directa y sólo el 1,29% por la familia directamente.

Los juzgados de violencia contra la mujer dictaron en el primer trimestre del año pasado 4.453 sentencias, de las que el 72,65% fue condenatorio y el 27,35% absolutorio. En las audiencias provinciales, en las secciones especializadas en violencia contra la mujer y que enjuician los delitos graves con la posibilidad de la privación de la libertad superior a cinco años, se dictaron 110 sentencias, de ellas 81 fueron condenatorias y 29 absolutorias para esta condena.

El total de víctimas asesinadas en España en 2012 ha sido de cincuenta y dos, de ellas sólo diez habían presentado denuncia. Siendo las comunidades de Cataluña, Andalucía, Comunidad de Valencia y Madrid, por este orden, donde había la mayoría de casos. En lo que va de año 2013 y hasta el 30 de octubre se han producido cuarenta y una víctimas mortales, y 60.981 denuncias en el primer semestre.

La violencia es uno de los principales problemas sociales que tiene nuestra civilización, siendo fundamentalmente su objetivo la dominación o la posesión de otra persona, tratando así conflictos a través de la fuerza, dicha violencia no es innata en el ser humano, sino debida a la evolución cultural, siendo sobre todo en la infancia donde se pueden aprender y generar las futuras conductas violentas, siendo éste un factor muy importante para afrontar programas de prevención.

Todos los cambios que en los últimos años ha habido en la sociedad con respecto a la mujer tanto en el ámbito privado como en el público han hecho una relación más igualitaria entre ella y el hombre, y esto ha dado lugar a que la violencia de género haya salido a la luz, debido a una conciencia en la mujer respecto a sus derechos y su papel dentro de la sociedad, en la familia y en la pareja, y, posiblemente, la no aceptación de estos cambios por el hombre ha podido en ocasiones favorecer la aparición de dicha violencia.

Puede comenzar cuando el hombre cree que se ha roto el vínculo afectivo, a veces con el nacimiento de los hijos, o por otros problemas familiares, laborales o sociales, también por celos, o a veces por el consumo abusivo de drogas o alcohol por parte del agresor, que desencadenan la violencia en la pareja o la ex pareja.

El número de mujeres víctimas de este tipo de delitos ha aumentado en los últimos años también en la población inmigrante, ya que debido a la diversidad de culturas en algunos casos la mujer se encuentra más sometida bajo el poder de su cónyuge. Con la actual Ley Orgánica 1/2004 de Violencia de Género ha aumentado el número de casos denunciados, que anteriormente a dicha ley no se denunciaban; aunque muchas de las mujeres que han sufrido violencia siguen la relación con su pareja ocultando lo sucedido, bien por la dependencia económica o por la presencia de hijos pequeños, con el deseo de que crezcan con la presencia de los dos, y para ello procuran calmar al agresor evitando hacer para complacerle en aquello que piensan que le molesta, aunque al final la tensión puede hacerse insoportable. Otras veces las víctimas retiran las denuncias por presiones sociales o familiares bien por el compromiso matrimonial o por creerse culpables tras la denuncia realizada. Puede haber una fase de reconciliación tras la denuncia retirada, la cual se caracteriza por un comportamiento extremadamente cariñoso, amable y de arrepentimiento por parte del agresor y que provoca en la víctima el perdón y su dependencia emocional.

No es cierto que todos los que padecen enfermedades mentales puedan agredir a sus parejas, el maltrato tiene un componente educativo muy importante, y así si una persona ha sido educada en un ambiente de violencia o ha sufrido maltrato es habitual que ésta acabe viendo esa violencia como normal. También hay que considerar la posibilidad del consumo de alcohol y diferentes clases de drogas por el maltratador; aunque no se puede generalizar un perfil estándar en el maltratador.

Es muy importante como medida preventiva evitar las conductas antisociales actuando en las escuelas y los colegios, en las familias, evitar las amistades antisociales que pueden influir en conductas posteriores. Por todo ello se debe procurar que se realicen programas de prevención para evitar los factores de riesgo tanto en la familia como en las escuelas, en los barrios, así como también es importante la colaboración de los medios de comunicación.