El cambio que Central Lechera Asturiana necesita

Después del largo y complicado proceso electoral, estamos en vísperas de su culminación con la asamblea del próximo día 26, en la que los ciento once compromisarios designados por los socios vamos a decidir la presidencia y cinco vocales de la junta rectora que regirá los destinos de la sociedad los próximos años. Atrás queda la búsqueda del voto de los socios para la designación de dichos compromisarios.

Lamentablemente, como tantas veces ocurrió en el pasado, en muchos casos se antepusieron las simpatías o antipatías personales a lo que de verdad importa, que no es otra cosa que analizar qué ofrece cada uno de los candidatos de cara al futuro de la sociedad, qué visión tiene cada cual de lo que hay que hacer para que Central Lechera Asturiana cumpla sus objetivos en unos tiempos difíciles, los cuales la crisis y la próxima desaparición de las cuotas, amén de otras circunstancias, complican aún más.

Nada más negativo para la sociedad que votar en función de personalismos. Lo verdaderamente trascendental es ver qué será capaz de hacer cada uno si alcanza la responsabilidad de dirigirla.

En esta línea de análisis no vamos a referirnos a las demás candidaturas, pues a ellas corresponde decir qué es lo que piensan, qué idea tienen de Central Lechera Asturiana, si es que tienen alguna. Nosotros como componentes de la candidatura encabezada por mí, Alfredo José Pérez Fernández, suscribimos el presente escrito con la idea de resumir las principales razones por las que hemos decidido presentarnos y cuáles son las líneas maestras de lo que, según entendemos, es necesario hacer.

En este sentido, conviene recordar que los motivos no son personales, sino que obedecen a la obligación moral de ofrecer a los socios una alternativa dispuesta a tomar las medidas necesarias para que Central Lechera Asturiana siga cumpliendo durante mucho tiempo la función para la que fue creada, ante la inacción sufrida en el pasado reciente, la cual, de continuar, podría comprometer seriamente el futuro.

En el orden interno hay que maximizar la transparencia y comunicación con el socio, de manera que se sienta como lo que es: el verdadero propietario. Así pues, quien asuma las responsabilidades de gobernar la sociedad no ha de buscar resolver su problema personal, sino el de los socios, quienes le han elegido para que les sirva, no para ser servido por ellos.

Más que nunca es imprescindible el fortalecimiento social y económico de la SAT, continuando y potenciando algunas medidas tan importantes como la ampliación de la base social con la incorporación paulatina de nuevos socios y una capitalización creciente, contribuyendo con ello a hacerla más grande y más fuerte. Hay que conseguir también que los socios llamados «excedentes» se sientan cada vez más cómodos dentro, con actuaciones que les permitan sentir que la SAT les sigue siendo útil y ellos se sientan útiles a ella.

Desde esta fortaleza interna, la SAT tiene que marcar el rumbo del grupo Central Lechera Asturiana, en el que Capsa, como filial encargada de la comercialización, ha de jugar un papel fundamental, y ASA, la filial orientada a la prestación de servicios y suministradora de las materias primas y demás elementos necesarios para el desarrollo de las explotaciones ganaderas, debe de orientar su futuro con amplitud de miras geográficas y funcionales, para que cada vez más ganaderos sientan su respaldo y apoyo como algo propio.

Central Lechera Asturiana ha de ser el referente en el sector lácteo nacional, en el camino de la concentración de la producción para conseguir de inmediato, entre otros objetivos de más largo alcance, aprovechar al máximo la capacidad de producción de nuestras fábricas con la garantía de pleno empleo que ello supone. Asimismo, ha de participar con capacidad de liderazgo en la inevitable reestructuración que se avecina, en la cual estamos obligados a jugar un papel principal, si queremos garantizar un futuro estable y sólido para los ganaderos. Todo ello desde los principios que en todo momento han sido el santo y seña de su identidad.

Varios miembros de la candidatura han estado luchando desde la junta rectora a lo largo de estos últimos años por todo ello con el apoyo de otros no sometidos a elección ahora, y algunas cosas importantes se han logrado. Esto y no otra cosa es lo que entendemos debemos de analizar quienes vamos a votar el día 26, fijándonos no en si aquel o este candidato nos caen mejor o peor, sino en quiénes consideramos más capaces y más convencidos de lo que hay que hacer para ponerlo en práctica.

En nuestra candidatura a la junta rectora todos compartimos y defendemos cuanto aquí decimos con la suficiente determinación para desarrollar un programa de actuación, algunas de cuyas líneas maestras acabamos de esbozar. No en vano, su razón de ser no es la aspiración a unos puestos para beneficiarse de ellos, sino la de acabar con prácticas que por personalismos al servicio de intereses particulares y falta de ideas tanto daño han causado a nuestra sociedad.

Sólo falta que los compromisarios, con su voto, nos respalden mayoritariamente para poder demostrarlo. Ellos tienen la última palabra sobre el cambio que Central Lechera Asturiana necesita.

Alfredo José Pérez Fernández