Señor Consejero de Sanidad, es usted un fiasco más
Señor Faustino Blanco, como el anterior consejero Quirós, entró como un elefante en una cacharrería y se fueron difuminando como azucarillos a los pocos días. Aquí nada de pedir por favor a nadie, usted como máximo responsable de nuestra Sanidad Publica, debe ordenar, dirigir, planificar, cambiar y hacerse respetar; si es que está preparado para ello. Si es que tiene carácter, bagaje, posición y personalidad suficiente para ser respetado. Esta empresa nuestra, está desmoronándose por la ineptitud de ustedes, por dejarla en manos de profesionales con una cara dura fuera de lo común, que manejan nuestros hospitales a su antojo, entrando y saliendo cuando quieren, aplazando operaciones, colando y falseando listas de espera cuando les salga en gana.
Una empresa que no tiene cabeza visible respetada, es una empresa abocada al desbarajuste, exactamente lo que ocurre en nuestros Hospitales. Aquí presumimos de tener una Sanidad Publica excelente ¿Para quién? Para Esperanza Aguirre, el Rey y todos ustedes; para el resto cuando empieza su periplo por esos lares por al desgracia de una enfermedad, solo será atendido en tiempo, manera y forma si tiene algún conocido dentro de la plantilla consentida; o acudir a la consulta privada del cirujano o Especialista de turno, y por 100 euros le facilitará todo; análisis, pruebas, ingreso y operaciones saltándose toda lista y protocolo. Cuando, si lo hubiera llevado a cabo por el mismo sujeto en consultas externas del Hospital Público, le esperaría un laberinto de citas y esperas que en muchos casos sería tarde para remediar la dejadez y desidia que impera dentro de nuestros hospitales. ¡Usted es responsable máximo de todo esto! Y no le veo capaz de nada.
A pesar de haber excelentes profesionales, están rodeados de arribistas y codeándose cada día con perfectos aprovechados sin escrúpulos, que juegan con la enfermedad de los ciudadanos en su beneficio. Además del acompañamiento de un corporativismo mal interpretado por el resto de profesionales, todavía aún peor de ser comprendido, que el que tienen nuestros políticos con sus compañeros de partido, corruptos; ¡Miren que es decir! Al igual que éstos últimos que enchufan a todos sus familiares, engordando una administración paralela al funcionariado imposible de financiar y que es el mal de nuestro déficit. En nuestros Hospitales existe ese enchufismo pero redoblado, aquí no se cuela solo a la madre o al hijo, los miles de profesionales tienen a bien pasearse en su jornada de trabajo arriba, abajo, pasillo va y viene, para ir saltándose las listas de espera con todo tipo de cueles, incluido los familiares de la pescadera de la esquina donde compran.
¿Quién pone freno a este trapicheo propio de mercadillo? ¿Usted señor consejero? Nada hará; a usted, no le tienen respeto, y debiera irse. Para solucionar este tema, hay que colocar con mando en plaza a un profesional valorado y cualificado, no a un amiguete sacado de cualquier dispensario de tercera línea.
Para finalizar, solo espero que los excelentes y honrados profesionales, no sigan consintiendo a su lado, personajes que sigan devaluando tan bella y digna profesión.
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