Reírse de Ana Botella
Reírse de Ana Botella parece que se ha convertido en deporte nacional. Y es que cada vez que abre la boca y los medios hacen eco de sus meteduras de pata, provoca miles de carcajadas de indignación. Además, no solo los ciudadanos nos reímos con rabia de su manifiesta incompetencia, si no que sus compañeros de oficio también lo hacen. Y lo hacen públicamente en televisión.
En teoría, las personas con cargos como como el suyo deberían conducirnos hacia el bienestar social. Pero en la práctica, no solo nos están arrebatando ese supuesto bienestar que teníamos, si no que también nos están haciendo sentir como marionetas vapuleadas, toreadas y engañadas.
Últimamente he podido comprobar que muchos estudiantes de Ciencias Políticas están más capacitados que Ana Botella para comunicarse tanto en castellano como, evidentemente, en inglés. Hay gente que tiene buenas ideas, sentido común, preparación, inteligencia y carisma. Entonces, ¿porqué injusta razón tenemos que aguantar que personajes como Ana Botella disfruten de sus generosos sueldos y que las personas merecedoras de ese puesto tengan que disfrutar del paro?
En mi opinión, todo esto es consecuencia de la "dedocracia", esa forma de contratación tan tradicional en este país y que pone tan frecuentemente en evidencia la ineptitud de los elegidos. Solo espero que la inmensa paciencia que estamos teniendo con este tipo de personas se acabe pronto y podamos darle, de verdad, la vuelta a la tortilla del poder. Si alguien se siente capacitado para hacer que esta realidad cambie, le pido encarecidamente que lo intente.
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