No es democracia es una dictadura
Un jovencito que se enamora locamente de una jovencita, y le escribía una carta de amor todos los días y ¿quieren saber cuál fue el resultado? Que la jovencita se casó con el Cartero Moraleja/ Cuidado con excederse en cartas de amor y siempre entregarlas en mano (No votar y seguir votando ideologías y sentimentalismos sin más estimación que nuestra propia Candidez) La malicia de los unos nace de la estupidez de los otros.
Tanto en el amor, como en cualquier faceta de nuestra vida, el buscar mensajeros para esconder nuestros prejuicios, miedos, vergüenzas o para hacernos los importantes, a veces trae esas cosas, que convertimos sin quererlo al subalterno en Torero, y será quien se lleve las orejas el rabo y para nosotros nos dejará porque es así de esplendido únicamente los cuernos.
Si bien es cierto que en la política se cae de lleno esta reflexión, ya que el torero (El líder) es tan mediocre, que se rodea de muletillas de tres al cuarto, y cuando los suelta al ruedo delante del público se tropiezan en directo y también lo harán en diferido; se caen solitos tratando de justificar sus ineptitudes y les coge el toro una y otra vez, para vergüenza ajena del respetable, ya que es todo mentira y engaño lo que representan. Y cuando se les pregunta por fiasco de su actuación solo serán capaces de balbucear eufemismos ininteligibles que les devaluarán aún más. ¿Dónde andaba el Torero escondido? Viendo que sus subalternos fracasan, el cobardica reaparece escondido detrás de un plasma, sin pudor y dignidad alguna, sin pedir perdón por haber tenido miedo al toro y sobre todo al respetable.
Nuestros políticos no son capaces de interpretar que liderar no es gobernar, si no servir. Estar en primera línea. Siempre prestos y dispuestos a gestionar, defender y velar por el bien de todos los ciudadanos, en especial para los más débiles. Y dejarle a los subalternos solo labores menores. El líder, es quien debe lidiar al toro, cumplir con el respetable, y si a la hora de descabellar no salen las cosas, como las había prometido en su cartel de presentación, debe dar la cara, explicar con pelos y señales todos y cada uno de sus incumplimientos. Y si después de todo a los ciudadanos no le convencen sus argumentaciones, debe de dimitir de inmediato.
Esa es la verdadera democracia. No la que padecemos en España, que se parece mucho a una dictadura. No se escandalicen, tenemos implantado un modelo de partidos y de representantes que solo velan por sus intereses y los de sus familiares. Se eligen a ellos mismos, se apoltronan y se reparten cargos de un lado para otro sin pudor y vergüenza. Ven que están empobreciendo a las familias cada día más y más con sus malas gestiones, y ellos no dejan el cargo a otros dispuestos a servir, en vez de servirse. Tenemos implantada una dictadura de partidos y económica, exenta de valores y de dignidad. Se abandona y arrincona a las familias sin trabajo, se las echa de sus viviendas y además las atenazan de pies y manos, con una Ley de seguridad ciudadana, que solo pretende asegurarles el puesto a estos ineptos, proteger sus miedos, impidiendo que nadie les pueda recriminar sus ineptitudes y Tiranía. ¿De verdad Políticos, no sienten vergüenza de cuanto están haciendo? ¡Honren la vida por el amor de Dios! ¡Váyanse! No quieren manifestaciones, no quieren huelgas; quieren vernos entre la ruina y amordazados; mientras ustedes viven a cuerpo de rey a nuestra consta.
Mientras ustedes no comprendan que están para servir, se comportarán como Tiranos. El pueblo debe castigarles en las urnas, ya que les impiden por otros medios premiarles o recriminarles, como serian listas abiertas, primarias sin avales y donde voten todos, etc. Amigos, dejen de ser estúpidos, de mandar cartas de amor, de votar a ideologías absurdas propias del siglo pasado. La crisis debe espabilarnos, nada de votar al PP y al PSOE mientras sigan los mismos y nos endiñen sin pedir perdón, reformas laborales que solo les falta el derecho de pernada. Y leyes que amparan a los bancos, al defraudador y corrupto y deja en la miseria a las personas. En el 2015, espero que cada carta de amor (cada voto) tenga un destinatario obligado con nuestras expectativas.
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