Sana rivalidad Barça-Madrid
Me ocurre lo mismo que al señor Pedro Ramos, me gustan los lunes, es más, su página en la sección de deportes de LA NUEVA ESPAÑA tan odiado día de la semana no pasa desapercibida para mí, humilde lector de este diario.
El lunes 15 de junio, don Pedro daba rienda suelta a su antibarcelonismo, rindiendo pleitesía al todopoderoso Florentino mientras se empapaba del dulce néctar segregado por las páginas de los diarios de medio mundo mostrando sus poderes como si de antiguo cardenal se tratara.
Habla de envidias, celos, rabia y no sé qué barbaridades más del señor Laporta. Dice, entre otras cosas, que está trinervioso y disgustado por el superequipo que está haciendo el Real Madrid para la próxima campaña. Señor Ramos, debe usted tomarse con más calma la nueva situación, el nuevo marco futbolístico creado en Europa después de la irrupción del nuevo concepto basado en la cantera, el compromiso, el trabajo y la humildad que ha desarrollado el FC Barcelona; creo sinceramente que debería repasar lo que escribe porque lo está haciendo en LA NUEVA ESPAÑA, no en el folletín semanal de un equipo de fútbol.
¿Realmente cree usted que la afición del Barcelona o su presidente se pueden poner nerviosos porque el Real Madrid haya fichado a un jugador al que hace poco vimos deambular por el estadio olímpico de Roma persiguiendo como un pollo sin cabeza a Andrés Iniesta?
¿Realmente piensa el señor Ramos que una de las páginas más negras jamás escritas en la historia del Real Madrid como fue el 2-6 del Bernabeu costará 200, 300 o 1.000 millones de euros borrarla de la retina de todos los aficionados?
¿Realmente piensa usted que la campaña mediática orquestada con el comportamiento del público en Mestalla puede hacer pasar desapercibida la exhibición de los jugadores azulgranas sobre el terreno de juego en la final de la Copa del Rey?
No. Está usted equivocado, y le voy a decir más, al fútbol se juega con la cabeza y con las piernas principalmente, nunca con la lengua, y el que se la juega la próxima temporada es el Real Madrid, que, dicho sea de paso, tiene el listón muy alto. Seguiré leyendo su página, y aunque no tenga usted mucho futuro como adivino (todavía recuerdo sus comentarios cuando el equipo blanco se llegó a acercar a pocos puntos del Barcelona), reconozco que es amena, de hecho me ha motivado para escribir esto, que, por supuesto, no tiene otro objeto que desarrollar esa sana rivalidad que siempre existirá entre las dos aficiones.
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