Asturias, paraíso natural
Yo soy de este paraíso que quise y añoré, pues tuve que vivir fuera bastantes años, si lo pienso, mis mejores años. Cuando regresé después de jubilarse mi marido restauré mi casa paterna, donde me crié, gasté todos mis ahorros, pues tuve que hacer proyecto de arquitecto y aparejador. Ayuntamiento, Principado, en fin, una fortuna, etcétera, etcétera, todo inútil, pues nos gusta el campo, la casa está en una finca por la cual pasa una línea de alta tensión construida en los años cuarenta; le pagaron a mi padre cien pesetas, la línea era de Viesgo, nos la metieron en casa, pues está a diez metros, era para un voltaje y potencia que yo no entiendo mucho, unos años más tarde instalaron un cable más (dúo), más Hidroeléctrica, que puso postes y cables para otros pueblos, hasta una arqueta y tubería de agua potable para los mismos pueblos, todos entran y salen a su gusto.
Pero no es eso lo que quiero comentar. Tengo una huerta que sembramos, me siento feliz viendo crecer verduras, patatas, frutales, pero tenemos una lucha con los jabalíes imposible por más que cerramos, ellos entran y «esfozan» todo el prado y probablemente pasarán cualquier día a la huerta. Cerrar la finca costará cerca de dos millones de las antiguas pesetas. Parece ser que pagan los destrozos. Yo no quiero esto, quiero mis cosas ecológicas, para eso lo trabajo, no quiero reclamar nada. Tengo un Castañedo pequeño donde me gusta ir, pero no me atrevo por miedo a los jabalíes y a los disparos de los cazadores. Ahora hay hasta una pareja de corzos, si quiero meter ganado ya tengo quien lo paste. Yo pago los impuestos, el disfrute es de ecologistas y cazadores. Mi ganado tendría que comer pienso como las vacas locas. Me siento perseguida como Gary Grant, con la muerte en los talones. En el espacio en que están los corzos es poco, cuando críen los tenemos en casa, comerán los frutales. El Ayuntamiento de Langreo quiere que la gente vuelva a los pueblos, pues los están dejando vacíos.
Les diré que mi casa está en Trapa, casi en la divisoria de los concejos de Langreo y Mieres. Hay dos carreteras: San Tirso-Frieres y San Tirso-Lada, más la Autovía Minera, pueblos preciosos con línea de autobuses entre Mieres y Sama. No podemos pasear porque no tenemos arcén en la carretera. Así que a los pueblos, a ver la televisión.
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