La Agencia Tributaria de Avilés II

Me sumergí en los oscuros mundos de las tributaciones. Aprendí a sumar, sumar me cambió la vida y se me avinagró el alma, se me secó el corazón y me marchité los adentros. Claro cuando sales de allí y visto el estado calamitoso que llevas, te para la Benemérita. Buenos días Agente ¿Por qué me ha parao? Es que lleva vd la ventosa del GPS por fuera. No se preocupe ayer me lo puse en la frente y llegue a casa como los burros con la zanahoria. Cuando sople por el alcoholímetro en vez de salir 1,25 salió el logotipo de Jhonny Walker. Soplé de nuevo y dijo el aparato POR FAVOR SOPLEN DE UNO EN UNO. ¿Bebió vd.? algo sí Bacardí. ¿Bacardí con que?... con B de burro agente.

Por fin llega el responsable adjunto, y antes de que puedas abrir la boca te dice: Enseguida le atiendo, espere un momento. Y cuando un funcionario dice Espere un momento. ¡Atención! porque aunque no se note, él va a entrar en otra dimensión galáctica. Lo que para ti van a ser dos horas de reloj, para él son unos minutinos de nada. Pero unos minutinos muy bien aprovechados, ¿eh?, cuando viene, vuelve cargado con las bolsas del Hipercor, con la merluza congelada goteando.¡Y es que claro! Los funcionarios, como raza superior, tienen el poder de dominar el tiempo.

La tercera vez que me llamaron la cola en la grada era como la cola del dentista: sabes que algo te van a sacar Y pasa una cosa curiosa, cuando por fin te toca, el funcionario que está detrás de la mesa te dice: Siéntese. ¡Malo, malo, malo!, ¿Ustedes conocen a alguien que le hayan dado una buena noticia sentado?. Pero bueno, tú te sientas, abres tu carpetita azul con gomitas donde pone "HACIENDA", sacas los papeles, él los coge, empieza a leerlos y también empieza a poner caras raras y mientras lo lee, te mira de una forma intermitente, como diciendo: ¡Es usted un chorizo! Y tú muerto de miedo, pensando Que habré hecho Te sientes como en el corredor de la muerte esperando a que te frían Y en ese momento suena el teléfono, el tío impertérrito mirando el ordenador.y el teléfono sonando y el tío mirando el ordenador y el teléfono sonando y el tío sin hacer caso y el teléfono sonando que te dan ganas de decir: ¡Pero conteste por el amor de Dios, que puede ser el indulto!.

Concretando sería un sueño muy bonito recuperar aquel espíritu de la LPA que hace referencia a los principios adicionales el de la buena fe y de confianza legítima. El de cooperación y colaboración, el de los criterios de eficiencia y servicio a los ciudadanos, actuando con los principios de transparencia y de participación. El mantenimiento de la actitud y rectitud tanto jurídica como ética esperadaque sueños tiene uno por las mañanas, mientras espera en la Agencia Tributaria.

Pero la próxima vez a mi no me pillan, ¿eh? No, no. La próxima vez, cuando yo esté sentado delante del funcionario, sacaré el termo de café, mi bandeja con bollos suizos, una exprimidora, dos kilos de naranjas. y le diré: Aquí tiene usted el desayuno, pero de aquí no se mueve ni el Tato.

Me atrevo a afirmar, que la solución al bocata está en la cuerda. La cuerda es flexible, la cuerda es duradera, la cuerda puede ser larga, corta o media. La cuerda, sin duda alguna, es la solución a la crisis. Ya Gila descubriera hace muchos años, recuperando las balas perdidas con cuerdas atadas en la parte superior. Pero si atamos una cuerda en la parte inferior recuperaremos la bomba para un nuevo uso. Como medida alternativa y disuasoria, aún más económica, yo recuperaría el susto. Es decir que teniendo enfrente al enemigo simulas el estallido de una bomba y la impresión es la misma.

Y es que la cuerda también sirve para ahorrar en la Agencia Tributaria porque una cuerda en un jamón da sabor a miles de sopas. Mi abuela ya lo sabía porque los domingos estrenaba el mismo jamón que ya había estrenado el año anterior pero lo llevaba a bendecir porque le cambiaba la cuerda. Año nuevo, cuerda nueva, jamón nuevo.

En este repaso por la Agencia Tributaria de Avilés, y por el buen uso de la cuerda, quiero dar ideas, porque no hay nada que más nos iguale que una cuerda. Que se quiere ir el funcionario a por tabaco, se tira da la cuerda y ¡chas¡ aparece a tu lado; que quiere abrirte un expte. tiras de la cuerda y así no gurguta; que no quiere reconocerte un beneficio fiscal, tiras de la cuerda de la parte inferior (la de abajo) y te pide hasta perdón; que quiere aplicarte el artí. 183 LGT, tiras de la cuerda y desaparece.; que quiere que vayas a pagar a un banco exterior y ¡Zas! Le aprietas el gaznate. Las cuerdas nos hacen más iguales.

Con esta parrafada no sólo pretendo buscar en el lector una sonrisa pero me parece que desde fuera, la administración tributaria parece un patio empapelado con el DNI en la boca (la presunción de inocencia no se tiene en pié), donde lo que impera es vivir a toque de trompeta, sable y paredón. La cultura del ordeno y mando parece que se hace de forma automática y se hecha la mano a la pistola (Ley General Tributaria) y se enarbola la bandera aquí se hace lo que a mi me sale de los co.., siempre enarboladas por cerriles iletrados que ignoran incluso aquello del servicio al ciudadano (quienes les dan de comer). Intentan desesperadamente desplegar su caudillaje aquí mando yo. Son maestros del esgrima administrativo que envenenan el ambiente (lo hacen irrespirable) que es necesario apartar.

Creo necesario abrir las ventanas en esa admón. para que el aire de la ría se lleve esas soberbias y prepotencias insanas, que manejen los destinos de esa admón. obstruyen el trabajo bien echo de otros muchos funcionarios y dan rienda suelta a sus instintos administrativos más ofensivos, con los premisas fingidas de defender el buen funcionamiento de la admón.