Un re bemol fantasma
Dentro de la cada vez más intensa campaña de alabanzas varias con que la crítica oficial acompaña a las representaciones operísticas del teatro Campoamor, organizadas por la Fundación Ópera de Oviedo, leo con sorpresa el miércoles día 20 de noviembre una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA a un supuesto «loco por la lírica», como así nos presenta el articulista al arquitecto Raúl García, en la que éste nos ofrece una visión singularmente laudatoria del estreno de la ópera «Don Pasquale» en la temporada ovetense.
Quiero expresar mis discrepancias con el citado aficionado, pues comentando la actuación del tenor José Luis Sola afirma sin ningún rubor, y cito textualmente: «Dio con maestría el re bemol sobreagudo de la terrorífica tesitura del “E se fia”, sin tiempo di mezzo que le permita recuperar entre cantabile y cabaletta».
El re bemol sobreagudo o re bemol 4 es una nota que, sin estar escrita, algunos tenores, siguiendo la tradición y para un mayor lucimiento personal, se permiten dar en este pasaje de «Don Pasquale», al igual que se hace con otras muchas arias de óperas del período romántico italiano sobre todo.
Yo no oí dicha nota en el Campoamor ni tampoco muchas de las personas que asistieron a dicha función y a las que les pregunté acerca de ello. José Luis Sola, que cantó por cierto muy bien, optó por finalizar la cabaletta con la nota que está escrita en la partitura original, que es un re bemol 3, es decir, una octava por debajo de la que afirma haber oído el «loco por la lírica».
Y ya para concluir aprovecho para decir que, independientemente de dicha nota, tampoco estoy de acuerdo con muchas de las afirmaciones que se contienen en el artículo. Es una verdadera desgracia para el aficionado, una ópera sí y otra también, que nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino los críticos afines a los responsables de la Fundación Ópera de Oviedo.
Ya está bien, señores, un poco más de seriedad y rigor.
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