¿Qué está sucediendo en el sindicato UGT?
Corría el mes de abril de 1944 y la situación sociopolítica en España no podía ser más caótica. Por estas fechas prestaba mis servicios como minero de arranque en la empresa Duro Felguera en sus grupos de montaña, en la misma fecha y por las mismas circunstancias represivas de aquellos años me afilié al Partido Socialista y también al sindicato UGT. Entendíamos, una parte de aquella generación de jóvenes que salíamos de la posguerra y que estábamos afrontando día a día la cruda represión, que teníamos que intentar recuperar para el pueblo aquellas dos organizaciones que Manuel Llaneza y Pablo Iglesias habían logrado poner en pie con tanto esfuerzo organizativo. Muchos de aquellos jóvenes compañeros y como fue mi caso sufrimos las consecuencias de destierro, cárcel, vejaciones y otros con peor suerte la muerte, así en toda España. Aquel desprecio de calumnias y vejaciones lo sufrimos en silencio, sólo apoyados, en el mejor de los casos, por nuestras familias y muy en particular por nuestros padres que nos conocían y sabían que no éramos vagos ni maleantes, como constantemente nos insultaban las fuerzas represoras del odio y del mal.
Ya pasaron setenta años de aquella cruda realidad que viví y sufrí tan graves consecuencias, hoy cumplidos los 85 años y encontrándome, a pesar de tan amargas vivencias, bien en mis facultades y estando al día en el pago de cuotas de aquellas mismas organizaciones a las que hace setenta años me afilié, PSOE y UGT, digo que en nombre de mis camaradas muertos y en su recuerdo que cada año se conmemora en el acto celebrado en el monumento de La Colladiella, levanto mi voz, porque no puede ser posible que yo sea comparsa de tanto dolor, de tanta amargura como está cayendo hoy sobre estas dos organizaciones, UGT y PSOE, donde yo vi tanto sacrificio humano y tantos camaradas muertos por defender limpiamente a estas dos organizaciones obreras, para que ahora unos desde arriba, otros desde abajo y también otros del medio puedan escupir encima de tanta honradez y de tanto dolor como yo pude ver. Y digo no a estos que no dudan en ensuciar con su necio proceder y ambición sobre la tumba de aquellos que yo vi morir. Ninguno de ellos me dijo que olvidara ni que perdonara y dicho queda, ni olvido ni perdono y pido públicamente la dimisión, sin posible retorno, de cuantos estén y sean cómplices de la corrupción social y política de estas organizaciones. Pido la expulsión inmediata de dichas organizaciones de todos aquellos que de una o de otra forma están participando en el derrumbe de la honradez de nuestras organizaciones obreras ante el pueblo y pido que esta decisión sea tan urgente como firme, no caben titubeos y si esta resolución no se realizara enérgicamente, nuestras organizaciones comenzaran a languidecer hasta llegar a la nada, perdiendo en su actuación toda credibilidad entre la clase trabajadora y el pueblo, esto es lo que están deseando aquellos que desde adentro, unos, y desde afuera, otros, están esperando desde hace mucho tiempo y si preciso fuera estoy dispuesto a llegar más lejos, tengo muchos datos para ello y para confirmar lo que termino de relatar, no existe olvido ni perdón para todos aquellos que así procedan, ensuciando ese brillante pasado de cien años de honradez.
Nicanor Rozada García
La Paré, Santa Bárbara
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo