Primera evaluación: insuficiente para padres y madres
Primer fin de semana de vacaciones en el cole. Veo en mi entorno que un montón de niños y niñas llegaron el viernes a sus casas con las notas del instituto bajo el brazo y un cargamento de suspensos en ellas. Sus padres, como consideran lógico, los y las castigan a todo cuanto se les va ocurriendo. Y así se sienten mejor, cumplen con su obligación y demuestran estar preocupados por el tema. No sé si esta práctica tan generalizada se lleva a cabo porque dichos padres no saben hacerlo de otra manera o porque resulta lo más cómodo, pero, en mi humilde opinión, esta actuación es la auténtica merecedora de suspenso y castigo. Uno no puede plantarse en el 20 de diciembre y llevarse la sorpresa de que su hijo llega a casa con una, dos, tres, diez o cero asignaturas suspensas. Me cuesta entender que a la sociedad se la toque todo lo relacionado con la educación, me cuesta entender que la sociedad no sea capaz de comprender que la única manera de cambiar las cosas es mediante la formación de las generaciones que vienen o venimos, me cuesta entender que a la sociedad le resulte indiferente lomce que longaniza y me cuesta entender que a la sociedad le dé igual que se esté desmantelando la educación pública. Una sociedad educada de verdad no permitiría lo que está pasando en España. Ni unos nos querrían dar por culo, ni, sobre todo, otros nos dejaríamos. El sistema no se mantendría. Y me cuesta entender que nuestras preocupaciones vayan por otros caminos tan diversos como difusos. Me cuesta entenderlo, pero casi hasta lo entiendo, eso de la sociedad parece algo muy genérico, que no va con uno. Lo que sí que no puedo entender es cómo en el puto año 2013, hay tantos, tantos, tantos padres y madres que no le dan importancia a la educación de sus propios hijos y se desentienden de ella. Preocuparse por este tema no consiste en decirle de vez en cuando vete a estudiar, verás como no apruebes y por último castigarlos cuando los resultados son malos. Un joven de entre 12 y 16 años rara vez es consciente de la importancia de formarse y adquirir una buena educación, que es la única herramienta que le va a acompañar con total seguridad durante el resto de su vida. No solo es que le pueda capacitar para desempeñarse profesionalmente en algo (que aunque solo fuese por eso, por los más de 6 millones de parados que hay en el país, ya debería uno de darle importancia a este tema, salvo que uno siga pensando que el PPSOE va a arreglar la situación transmitiendo confianza a los mercados), sino que está en una etapa en la que formarse como persona en todos los sentidos, en la que adquirir capacidades, valores, intereses y un largo etc. que harían de él una persona más completa, algo de lo que, por cierto, también nos beneficiaríamos todos. Si has decidido (o van a decidir por ti) traer un hijo a este mundo, tienes la obligación de criarlo, sí, pero eso no se limita a darle de comer y vestirlo. También tienes que quererlo, y si lo quieres es tu obligación, y debería de ser de tu agrado, educarlo.
Yo no soy padre y no es mi intención dar una lección sobre ello, faltaría más. Pero no me hace falta serlo para que me llame la atención esta situación y llegar a estas conclusiones; no soy ganado y tengo la cabeza para algo más que no peinar mi indomable pelo. Así que puedo entender que uno esté hasta los cojones y pase de todo a nivel general, pero no puedo entender que uno pase de este tema, si tú no te preocupas de la educación de tus propios hijos, que es lo más importante que hay en esta etapa de su vida, ¿quién esperas que lo haga? ¿Wert? ¿Su profesor de mate?
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