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¿Más allá del Estado?

22 de Diciembre del 2013 - Enrique Fernández Menéndez (Oviedo)

El futuro del Estado, o el Estado del futuro se lleva a debate en el último número de la revista Ecología Política, dedicado a los bienes comunes. Concretamente en un artículo de Florent Marcellesi titulado Más allá del Estado.

El ingeniero de caminos y ecologista Marcellesi plantea el escenario y a continuación se hace preguntas, apuntando finalmente tres propuestas. El Estado-nación del bienestar se cuestiona a resultas de una crisis en buena medida motivada por la debilidad de ese estado frente a intereses particulares egoístas. La crisis socio-ecológica amenaza al Estado.

Como consecuencia del liberal-productivismo hemos caído en una crisis energética, climática, alimentariaEl bienestar de la población dependía del crecimiento y de la disponibilidad de energía barata. El Estado y el mercado son dos caras de la misma moneda. Hay que sumar a esto que el Estado es un agente universalizador de derechos, mientras que la comunidad (lo cercano) los relocaliza.

Las propuestas que hace Marcellesi para el futuro se resumen en: 1º) simplificar el Estado, adaptándolo a unas nuevas circunstancias que exigen menor consumo de recursos; 2º) descentralizarlo para que los servicios públicos se gestionen y reciban en un circuito corto, y 3º) desestatalizar los comunes, devolviendo la capacidad de gestión y decisión a las comunidades, reforzando la democracia de base, de la mano de la desmercantilización de esos bienes comunes.

Hasta aquí el análisis de Florent Marcellesi, http://florentmarcellesi.eu/2013/10/22/mas-alla-del-estado/

A tenor de este artículo se nos ocurren algunas reflexiones y aditamentos.

En primer lugar necesitamos un gobierno, un estado u organización supranacional mundial con poder ejecutivo, que impida que unas naciones exploten a otras, o se apropien de bienes comunes (pesca abusiva en aguas internacionales, apropiación del ártico y antártico, robo de recursos en países pobres, desestructurados, en guerra). Las competencias de ese gobierno mundial deben limitarse a lo común y mundial y a una legislación de mínimos común para todas las personas del planeta: los derechos humanos, la atmósfera, los océanos Un estado global supondría unos mínimos legislativos en lo laboral, lo ambiental, lo sanitario, la educación, la renta básica. Y debería hacer inútiles los ejércitos, limitándose a ejercer medidas policiales ante conflictos y abusos.

Por otra parte hay teorías económicas y políticas (extendidas a lo social y medioambiental) que se defienden en política con un interés general honesto, como son la libertad de circulación de personas, el libre pensamiento, la renta básica universal, la conservación de los ecosistemas, etc. Por el contrario hay otras que se nos presentan travestidas de teorías para la mejor organización de la sociedad, pero que realmente promueven un interés egoísta y espurio, caso de la venta o cesión de los comunales a empresas y particulares para allegar fondos al Estado, que realmente esconde la desaparición de lo público en beneficio del peculio de algunas pocas personas. Los gestores y partidos políticos partidarios de la privatización esconden la apropiación de lo público para quedárselo ellos mismos, y se especializan en realizar una mala gestión que justifique luego la enajenación de esos bienes comunes, sea el agua, la educación, los montes o la sanidad. La propiedad y gestión privadas de los comunales es característica de los sistemas feudales. Propiedad privada y en muy pocas manos, cosa que está sucediendo con la sanidad, el agua, la educación, las pensiones, los alimentos.

Pues bien, ¿cuál es el antitético del Estado del Bienestar? Algún nombre tendrá que tener el modelo que propugna la desaparición de los bienes públicos y la gestión pública. Podemos bautizarlo como Neofeudalismo, concentración de todos los bienes en muy pocas manos, haciendo desaparecer la democracia, sin importar el sufrimiento de la población ni su miseria.

Más allá del Estado vayamos a un nuevo Estado, en el que cada persona debe asumir su parte de responsabilidad en lo público, impidiendo el deterioro o la apropiación de los bienes comunes, comunales o públicos, y participando en su gestión desde la cercanía. El Estado de todas y cada una de las personas. La Unión Europea debería ser embrión de esas nuevas formas de organización estatal, ejemplo de ellas. En 2014 hay elecciones europeas, y Florent Marcellesi, una persona muy capacitada, opta a ser elegido en las primarias de EQUO/European Greens para la candidatura, unas primarias abiertas que ya son en sí mismas un ejemplo.

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