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El libro de Nebot...

10 de Enero del 2014 - Heradio González Cano (Oviedo)

No sabía que José Manuel vino a este mundo el 23 de noviembre de 1928 y que había nacido «en el hospicio de Oviedo que hoy ocupa el hotel lujoso de la Reconquista», según consta en la introducción del interesante ejemplar que me ha obsequiado recientemente su amada esposa, Rosa, tan desvelada por su salud, como su querida hija Ana, excepcional artista de voz soprana, quien de haber nacido en Italia, Germania, Rusia o USA, otros serían los merecidos aplausos de múltiples óperas que Asturias le mezquinda..., como lo suele hacer, casi siempre, con todos los que tienen valores incuestionables en el mundo de las letras, las artes, las ciencias, etcétera. La Historia está ahí, valga de ejemplo Jovellanos, Pérez de Ayala, Severo Ochoa y, menos mal que hace pocos días, entre personajes ejemplares, se acaba de salvar uno, nada menos que Cosmen Adelaida, que tanto en vida, como a la hora de su inesperada muerte, unidos los astures, sin distingo de colores políticos y situaciones personales, en masa, con sincero afecto, al empresario ejemplar, se le ha dicho con verdadero pesar y orgullo: ¡Presente, Pepe, presente! ¡«Predilecto ya Hijo de Asturias, por aclamación»!

De un solo tirón hemos leído las 140 páginas de una estimada aunque inacabada obra cuyos «Recuerdos de una vida militante: las memorias de José Manuel Nebot» han hecho despertar en mi memoria las 57 «primaveras» lejanas de cuando tuve el alto honor del goce de su fraternal amistad, ella, sin ninguna señal de «colores rojisos», o insospechadas adhesiones, aunque le admiraba entonces sus elementales conocimientos marxistas, entre sonrisa y sonrisa, tal nuestras pláticas; aunque como estudiante universitario, junto con otros que habíamos llegado a las aulas de la Universidad desde la otra orilla de hispanoamericana mar, de manera inconsciente hacíamos nuestro el triunfo del cubano Comandante Fidel, y por eso un poco «izquierdosos» no dejábamos de ser. ¿Quién siendo joven sin causa o con causa, un rebelde no ha dejado de ser? Testigo de lo que manifestamos fue el Seminario de Estudios Hispano Americanos de la Cátedra de Derecho Internacional que presidía nuestro querido profesor internacionalista, de grato recuerdo siempre, don Luis Sela y Sampil. Seminario del que modestamente el que suscribe fuera uno de sus principales fundadores. Único lugar donde nos reuníamos sin custodia policial, como era en ese entonces lo normal, nicaragüenses, puertorriqueños, peruanos, salvadoreños, venezolanos, guatemaltecos y tantos más. Único lugar donde se hablaba de política; y ya en otro lugar, sólo de literatura, poesía, etcétera, faltaría más. Aunque a dicho seminario fueron invitados Camilo Barcia Trelles, Gregorio Marañón Moya, el puertorriqueño Ernesto Juan Fonfrías, ídem, como se puede leer en la página 189 de mi «Rubén Darío, Siempre», además de tan distinguida concurrencia, una carta que don Luis me dirigiera desde Salinas con fecha 20 de julio de 1985, donde se confirma esta exposición...

De todo ello tenía informes Nebot, por eso cuando fui, junto con otros compañeros, a tomarnos la foto de la orla oficial (1965-66) con lo que se ilustraba nuestro final de estudios universitarios en cuestión, de esta forma, sonriente como siempre, se me espetó: «¿De dónde eres, en qué parte de las Américas te tocó nacer?». Como siempre he tenido por costumbre cuando preguntan por mi nacionalidad le contesté: «En Nicaragua, la patria de Rubén»... Ah, se dijo sonriendo, «y de los somocistas, también». Lo que de inmediato aclaré: «Pero más de Darío inmortal, quien estuvo por Asturias tres veces y vale la pena recordar, no a un pasajero político cuya vida social termina, habiéndose portado bien o mal, cuando deja de mandar...». Desde aquí arrancó nuestra amistad.

Me ha agradado sobremanera ver mi imagen de una de tus fotos en la página 133 cuando hicieras una de tus magníficas exposiciones en las Salesas, donde concurrieron estimados políticos de izquierdas y derechas, y donde me invitaste, como siempre, de cordial recordación... Qué gran razón tiene Francisco Erice, de tu libro presentador, al proclamar: «La vida de una persona está siempre hecha de muchas vidas posibles...», y ya no digamos lo que nos dice de ti el docto prologuista y periodista cabal, riosellano Lorenzo Cordero: «Si Nebot escribiera todas sus peripecias políticas..., es probable que un solo libro no fuera suficiente para recoger...». De acuerdo, como lo fuera de «otro gran soñador» José María Lazo Prieto, común verdadero amigo de los dos. Concluyo (de mi parte mereces otro libro) con lo que dice tu querida hija Ana en el epílogo: «Me educaste en los valores que defendías, predicando siempre con el ejemplo: generosidad, solidaridad, lealtad...». Yo no soy comunista, bien lo sabes Nebot, pero somos amigos y es lo que vale honradamente en esta vida, nada más. Y haciendo mías también las palabras de nuestro Primer Obispo de Roma, el Papa Francisco, que ha llegado a corazón abierto desde la tierra de Gardel y lo acaba de decir, respecto de los marxistas, yo he tenido algunos amigos, de ellos, aunque pocos, también; sobresaliente tú. Llegando la Navidad y un Año Nuevo más. ¡Va mi abrazo total! Que recuperes la salud.

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