La Nueva España » Cartas de los lectores » Pensiones de viudedad

Pensiones de viudedad

1 de Julio del 2009 - José Antonio Gutiérrez González (Piedras Blancas)

Las personas que tienen la suerte de llegar a la edad de jubilación –lamentablemente, muchas se quedan en el camino– saben que, en función de los años trabajados y cotizados, la pensión de retiro será de diferente cuantía.

Y si las circunstancias le llevaron a jubilarse anticipadamente, esta pensión, según en qué casos, queda disminuida en el porcentaje correspondiente. Todo esto con el reglamento en la mano, sabemos que es así y debemos asumirlo como algo inapelable. Con estas perspectivas, el jubilado y su esposa se adaptan al nuevo estado y sin excesos viven en consonancia con sus posibilidades económicas.

Ya son pensionistas y es ahora cuando se dan cuenta de que se hacen mayores, no viejos; si acaso, un poco usados. Pero han llegado hasta aquí, se tienen el uno al otro, y eso los consuela.

Pero un mal día, el marido fallece y ese mutuo acompañamiento concluye. La mujer, ahora viuda, verá cómo su mundo se va derrumbando. Ella, que dependía económicamente de la jubilación de su marido, con su paga reducida al 52 por ciento, tendrá que continuar haciendo frente al 100 por ciento de los mismos gastos: agua, luz, gas, comunidad o alquiler, recogida de basuras... Y seguir vistiendo y alimentándose, que no es poco.

Las viudas en España parecen estar dejadas de la mano de Dios y de algunos hombres, léase los políticos que nos gobiernan ahora y también los que lo hicieron anteriormente. Sólo se acuerdan de ellas en tiempo de elecciones. Con la formidable carestía de vida, son maltratadas de la manera más cicatera y mísera, pues es inconcebible que se pretenda hacerlas subsistir con los 385 euros mensuales, que son los de la inmensa mayoría de las percepciones de viudedad.

Señores políticos, están ustedes negando una pensión digna a pobres viudas de 65 o más años, que no pueden con el peso de la edad y que no les queda otra alternativa que ponerse a trabajar en lo que sea, que, en el fondo, debe ser lo que ustedes, administradores políticos, quieren para este colectivo de mujeres solas. Ello me inclina a pensar que quizá, ustedes, políticos, hayan nacido de un repollo de berza y no de una mujer, y que a lo mejor consideran que cuando se llega a mayor no se es humano, como dice de los embriones nuestra inefable ministra de Igualdad.

Así las cosas, esa buena mujer, que se ha quedado sin marido, y que ya no está en edad de trabajar fuera del hogar, si no tiene quien la ayude, se verá obligada a vender el piso –¡cuántos sacrificios han tenido que hacer para pagar la hipoteca!–, que constituye todo su patrimonio.

Y, con mucha suerte –maldita suerte–, terminará sus días en una residencia geriátrica que, para mayor inri, en no pocas ocasiones se queda olvidada hasta de los suyos.

Cartas

Número de cartas: 45713

Número de cartas en Julio: 174

Tribunas

Número de tribunas: 2072

Número de tribunas en Julio: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador