Un Senado para Reyes
El pasado 13 de diciembre hallábase el conjunto de la ciudadanía discutiendo (cuasi en estado de shock) la escandalosa propuesta de subida en un 11% de la factura eléctrica. Quiso la casualidad que, en la misma fecha, a las señorías del Congreso les tocaba la tarea de debatir/aprobar las nuevas asignaciones de pensiones para ex parlamentarios. Tales medidas, que dan en llamar de protección social, se aprueban sin que se oponga uno solo de los diputados (por minoritario que fuese su partido). Siendo futuribles beneficiarios, blindan su destino. El pasado día 13 aprobaron unos complementos para marcharse con pensión vitalicia del 100%, con sólo 7 años sesteando en el escaño. Antes les hacía falta 11 años. Si al trabajador le suben de 65 a 67 años la edad de jubilación, ellos para sí la bajan. Si para el ciudadano de a pie se impone el recorte y la contención salarial, para ellos prima el incremento: por ejemplo Cristina Almeida, que figura entre los primeros puestos de ingresos, pasa de 2.589 a 2.675 (un 3,34% más, frente al 0,25 de las pensiones). Mientras nosotros tributamos a Hacienda por el 100% de los ingresos, las señorías que están en activo se encargan de componer los propios en forma de generosas dietas y gastos de alojamiento, para que con la aplicación del artículo IRPF 17.2.b. quedar exentos de tributar entre un 40 y un 75%. Bono-taxi, coche oficial, etcétera. Vámonos al Senado. La opinión resumida y generalizada de expertos en Ciencias Políticas coincide en que nuestro sistema, el Senado, al regirse por el llamado Bicameralismo Imperfecto, carece de sentido, pues siempre van a prevalecer las decisiones del Congreso. Dicho de otra forma (aparte de refugio de políticos frustrados las más de las veces), sólo sirve para decir amén a todo lo que aprueba la Cámara baja. Se puede prescindir de él.
Los Reyes. Lo pongo con mayúscula porque me refiero a los Magos de Oriente. No lo digo con menoscabo, ánimo de ofender o injuriar, pero en mi opinión los otros reyes, los de la Zarzuela, no tienen poder o competencia. Por eso les escribo esta carta...
Queridos Reyes Magos: Por el bien de mi país os pido que, si puede ser, disolváis nuestro Senado español y, con el presupuesto liberado (también si puede ser), impulséis la creación de una especie de patronal de políticos. No sé qué os parecerá, pero al igual que desde hace algunos años se reclutan en sorteo jurados populares para juicios, bien pudiera seguir la nueva patronal política el mismo sistema. Dejo para vosotros, como Magos que sois, considerar la duración (en el tiempo) de la nueva ejecutiva patronal, el número de miembros de la misma, qué porcentaje de ellos deberían ser titulados superiores, si sería deseable que todos fuesen no-afiliados a partidos políticos. Como Magos sabéis todo lo que está pasando con la clase política: van a trabajar al Congreso cuando les da la gana y no pasa nada; surgen corruptos y no dimiten, ni nadie les despide; se suben sueldo y añaden prerrogativas a la carta (ahora son sus propios patrones); hace sólo unos días 1.500 jueces pidieron que se anulasen indultos a condenados por corrupción, y el Gobierno rechaza la petición. Sabéis, queridos Reyes Magos, qué viabilidad tendría cualquier empresa, sociedad, etcétera, donde los trabajadores se reuniesen en asamblea y que, a su libre albedrío y sin cortapisas, decidiesen cuándo quieren trabajar y cuánto quieren ganar. Esto no puede seguir así. Los políticos necesitan un patrón. Es lo que os pido. Y si no puede ser, al menos un mejor año nuevo 2014 para todos, incluso conciencias políticas.
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