Santa Bárbara: año I de la nueva era
Han pasado ocho meses del despido de los 55 trabajadores de Santa Bárbara Sistemas, la Antigua Empresa Nacional Santa Bárbara, y me decido a escribir estas líneas con tan peculiar título, Santa Bárbara: año I de la nueva era, por el significado del mismo y por la interpretación que de él se pueda extraer a poco que nos detengamos los afectados en la historia de la antigua ENSB, hoy SBS. Ocho meses de sinsabores y amarguras, de querellas y denuncias, de presiones y ocultación de la verdad. Sí. Soy uno de los 55 despedidos de dicha empresa. Sí. Soy uno de esos 55 trabajadores, afiliados todos ellos a alguno de los dos sindicatos mayoritarios, que después de analizar detalladamente nuestros perfiles nos resulta cada día que pasa más difícil el encontrar un patrón por el cual la empresa se pudiera haber guiado a la hora de escogernos en tan macabra lotería. La conclusión es que lo único que nos unía a todos eran años de trabajo a una compañía y en la gran mayoría de los casos, aproximadamente el 90%, el haber sido aprendices de las Escuelas de Formación Profesional de las Factorías de Trubia y de La Vega. Y se preguntará usted, querido lector, ¿es este suficiente elemento diferencial para un despido? Juzguen detenidamente. Nosotros ya lo hemos hecho. Pero no hay que olvidar que meses atrás de iniciarse el ERE, un directivo mostraba en público y sin inmutarse su escaso aprecio hacia los aprendices.
Cabe resaltar por otra parte que otro elemento diferencial ha sido el que varios de los 55 despedidos tenían (teníamos) certificado de minusvalía, e incluso a uno de los 55 le despidieron estando ingresado recién operado de un tumor. Humanidad total.
Santa Bárbara: año I de la nueva era. ¿Pasaba esto en años anteriores en la antigua ENSB? En 32 años que llevábamos algunos en la empresa, otros 37, más 3 años de aprendiz, jamás, repito, jamás, observamos semejante falta de humanidad o empatía por parte de los gestores de turno. Pero éste es sólo el primer capítulo, y otro día hablaremos de ellos.
¿Y por qué entonces a este primer capítulo lo he llamado Santa Bárbara: año I de la nueva era? Por todo lo anterior y un montón de elementos que conformarían las especias del guiso. Como adelanto sirvan: desconocimiento generalizado de los trabajadores de cuanto se negociaba en Madrid, apatía sindical traducida en continuas desmovilizaciones de trabajadores, asunción de hechos consumados… En la Fábrica de Armas de Trubia existía una leyenda (urbana) que decía que en los talleres se llegaba a hacer huelga ante la falta de calefacción. Ahora se despide a 55 compañeros, se mira para otro lado y se intenta pasar página lo antes posible. Santa Bárbara: año I de la nueva era. Esto es lo único que la empresa ha conseguido: dividirnos. Aunque confío que sea una división temporal.
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