Estrictos en la elección de la música
El 23 de noviembre de 2007, a las doce horas, se celebró en San Isidoro el Real de Oviedo el funeral de cuerpo presente por don Manuel Fernández García, entrañable y querido coadjutor de San Isidoro el Real. Finalizando el funeral don José Luis Tuñón, se dirige a los fieles diciéndonos que se iba a cantar el himno del Real Madrid, en honor de don Manuel; a nadie de los presentes nos pareció mal, conociendo lo merengue que era don Manuel. Sacerdotes que están haciendo comentarios sobre la prohibición de cantar «No tardes, Tom» en homenaje a don José Antonio Fernández Laborda estuvieron en el funeral de don Manuel, no abrieron la boca por cantar un coro el himno del Real Madrid; su amnesia actual les hace decir estupideces, simplemente porque no tienen un principio de uniformidad. Será verdad que el himno del Real Madrid se cantó porque es musicalmente muy bueno, y los que escogen la música son gente de fiar en su juicio. Don Julio Antonio Díaz, un poco de seriedad en sus comentarios, debe ser más serio cantar «las mocitas madrileñas» que cantar «gozan de Dios, junto a ellos pronto iré». Don Jesús Porfirio dice que en el templo Manolo Escobar no se canta en misa, pues yo he oído villancicos cantados por Manolo Escobar, así como canciones de José Luis Perales, en parroquias de la ciudad de Oviedo. Usted sabe, como yo, así como un templo abarrotado de personas, que el día 23-11-2013 se cantó el himno del Real Madrid y no pasó absolutamente nada. Don José Luis González dice que se exige cierta calidad (máxima autoridad en estos temas), me pregunto si conocía que se cantó el himno del Real Madrid en las exequias de don Manuel. Si lo conocía, no le da vergüenza hacer esos comentarios, y si lo desconocía, como mínimo debe ponerse colorado y ser prudente al hablar. ¿Qué está pasando, señor Arzobispo?, ¿por qué tanta intolerancia? El himno del Real Madrid, ¡sí!; «No tardes, Tom», ¡no! Parece que ustedes trabajan para la NASA (9, 8, 7...). Sigan así y llegará el día en que a usted o a otro obispo le corresponderá el triste honor de decir que la Iglesia en Asturias ha muerto. Convocarán a una despedida en la Catedral de Oviedo, no habrá exequias, pero sí habrá un féretro abierto y usted u otro como máxima autoridad serán los primeros en mirar lo que hay dentro, y espero, esperarán, que con tristeza verán un gran espejo. Nosotros u otros cantaremos, cantarán «No tardes, Tom». Mis condolencias y el mayor de los respetos para la familia, bloque al canto, amigos, compañeros de don José Antonio Fernández Laborda, que pasó por esta vida con respeto, tolerancia y humildad, cosas que no se han tenido con él ni los suyos.
Julián Vallina García
Oviedo
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