Mariano, cada día mi pensión vale menos
Bien está por parte del Gobierno tratar de insuflar cierto optimismo en la ciudadanía destacando aquellos datos económicos que apuntan en la buena dirección, pero conviene no abusar de la tolerancia del contribuyente al que se le están pidiendo esfuerzos continuamente, no vaya a ser que, cuando compruebe que la realidad es otra mucho peor de lo que le cuentan, termine por echarse al monte. Si usted jubilado cobra un subsidio como tal y el Gobierno le dice que el año que viene se lo va a incrementar en un 0,25 por ciento, habrá optimistas que consideren que no está mal que le suban la pensión cuando a los que tiene un empleo incluso les están rebajando el sueldo. Pero...
Valga un ejemplo más gráfico. Admitiendo que es usted un afortunado que percibe una pensión de 1.200 euros mensuales, en el año que acabamos de entrar usted cobrará tres euros más cada mes. "Bueno, al menos tendré para un desayuno", pensará el optimista por naturaleza. Pero no, no va a ser así, ya que el propio Gobierno prevé una inflación rayana en el 1,50 por ciento. Lo que implica que usted sufrirá una pérdida de poder adquisitivo equivalente a 18 euros de los 1.200 que viene cobrando hasta ahora. Si a la cantidad resultante se le restan los tres euros que el Gobierno le sube la pensión, tendrá una pérdida real de 15 euros mensuales. Con lo cual lejos de tener para un desayuno, usted tendrá que quedarse en ayunas cinco veces cada mes para cuadrar sus cuentas. Y eso, sin contar con que el café y el cruasán no suban de precio, cosa bastante improbable.
Y es que por más que desde el Gobierno se empeñen en vender como una subida ese 0,25, lo cierto es que esa cantidad es tan irrelevante, tan grotesca, que resulta casi una burla presentarla como un aumento en la percepción mensual de los pensionistas.
Personalmente, y como yo infinidad de personas retiradas, creo que el Gobierno de Rajoy se equivoca intentando vendernos ese 0,25 como incremento de las pensiones. Porque no lo es y al no serlo, lo único que genera es desengaño, frustración y sobre todo la sensación de que se les está tomando el pelo a los mayores y, claro, desde la oposición no es extraño que les acusen de mentir una vez más. Y con toda razón.
Mariano Rajoy, mintió alevosamente cuando antes y después de las elecciones, hace solamente dos años, prometió no tocar las pensiones, además de que nunca las bajaría. ¡Cuántos pensionistas le votaron por creerse esa patraña! A la mayoría de los pensionistas lo que mucho les afecta, lógicamente, es el precio de la luz, le cesta de la compra y las medicinas.
Al parecer el Gobierno quiere ahorrar más de 70.000 millones de euros en los próximos años. A eso que el Gobierno Rajoy llama ahorro, bien podría llamársele timo a los pensionistas porque es a estos a quienes se les quita un dinero que tienen garantizado por ley.
Ciertamente, se está empobreciendo y mucho a los pensionistas, único apoyo de otras muchas personas sin trabajo y sin subsidio. Al propio tiempo, se está vaciando de derechos la democracia, porque, ¿adónde está escrito que el dinero de las pensiones no pueda salir de los Presupuestos Generales del Estado, como ocurre en muchísimos otros países de nuestro entorno?
Todo un colectivo que ya suma nueve millones de votos y, democráticamente, eso sí, que en día de elecciones tendrá algo que decir, Presidente.
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