Manu militari para Lugones
Cuando algunos ya creíamos que estábamos viviendo en una sociedad que es, ante todo, libre y democrática, despojada definitivamente del anterior régimen autoritario y cuya esencia es el respeto por la voluntad de los gobernados, ejercida por los gobernantes; en Lugones ya han decidido que la única voluntad que rige es la impuesta con manu militari por los cuatro que aún se resisten al frente del Ayuntamiento de Siero.
Y así es: a base de hechos consumados, haciendo caso omiso a las exigencias de los gobernados, a la lógica, al sentido común y a la razón, los responsables, del –y hay que decirlo sin tapujos– centralismo poleso (que no los polesos) siguen invadiendo el Bulevar de Lugones, contra toda lógica y razón, de vehículos a motor en detrimento de las zonas peatonales reclamadas durante años por los vecinos y no pocas entidades. Añadiendo además el deseo no conseguido de, al menos, reducir el tránsito rodado por el centro y que ahora se verá incrementado. Es decir: del oxígeno de los árboles, al monóxido de carbono de los coches. Que para aquellos que tengan que sentarse (obligatoriamente claro, porque voluntariamente, no creo que nadie se quiera suicidar) en alguno de los bancos, lo aspirará directamente. ¡Vamos, toda una medida saludable, gracias a unos políticos insalubres!
Las razones técnicas dadas a conocer en los medios de comunicación para mantenella y no enmendalla carecen de toda lógica y de menos justificación. ¿Qué es un informe hecho a medida de los cuatro?, no cabe a nadie ni la menor duda. ¿A quién si no se le pueden ocurrir las sinrazones técnicas, en las que se basan, si no es por justificar a los autores?, cuando con sólo observar cómo pintan, repintan y volverán a pintar, sobra para darse cuenta que es una aberración urbanística, sin pies ni cabeza. Y que de llevarse a efecto tiene que conllevar la dimisión de todos aquellos que hayan intervenido en semejante disparate. Eso sí: exigiéndoles antes la reposición de los gastos extraordinarios que se están derrochando. Que el dinero público sí es de alguien, y no de nadie como decía Zapatero.
Afortunadamente, las manifestaciones de protesta continuarán, y a lo que se ve, el desaguisado también. Veremos al final en qué termina. Pero tengo la sensación de que el bastón de mando cambiará de manos, salvo que el actual tenedor del mismo se aparte de algunos cortesanos, y gobierne, para el pueblo y no contra el pueblo. Actúe en libertad, y con consenso, y abandone la tendencia de algún correveidile, que apuesta por imponer, manu militari, hasta a quienes les votaron.
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