Nos arrebatan la ilusión
Alegría, mucha alegría, para muy pocos asturianos que han encontrado empleo este mes con esas escasísimas cifras con que el Gobierno nos machaca continuamente, como síntoma de que ahora ya va a ir viento en popa la economía española. Ilusión en otros muchos asturianos que quieren creer que encontrarán trabajo este año. Pero nos tememos que el Gobierno del PP, de Mariano Rajoy, nos va a arrebatar esa ilusión. Ya que la realidad, la cruda realidad, es que estos políticos viven cada vez más alejados de los intereses de los ciudadanos.
El PP espera, y espera con ansiedad, que la coyuntura de la economía mundial se arregle poco a poco. Así, piensan que con el tiempo, y de cara a las elecciones europeas, sus problemas como impopular Gobierno lleguen a diluirse.
Al famoso milagro español, que han querido vender a Obama como tal, le faltan aún confirmaciones divinas y humanas. Corremos el riesgo, empujados por el falso realismo de Montoro, De Guindos y de F. Báñez, de cantar victoria antes de tiempo. Asturias no llega al 0,8% de crecimiento, y con esa cifra no hay forma de crear empleo. Y el poco empleo que se genera es temporal y precario. Los trabajadores asturianos, los muchos parados, los pequeños y medianos empresarios, esos sí que están padeciendo la crisis con grandes sacrificios personales y familiares. Sigue un Gobierno empecinado en no crear empleo neto, en bajar o congelar los salarios, en recortar las pensiones, en subir los impuestos que gravan el trabajo, y obstinado en la subida imparable del coste de la vida.
Los últimos datos del paro del 2013 son buenos como indicios, sí, y lo son muy a pesar de Rajoy y sus ministros, y a pesar de sus inútiles reformas y de las presiones de la puñetera y vampiresa Troika. El panorama es muy negro aún: un país con más de 5 millones de parados, con el índice de pobreza muy alto y subiendo; el poder adquisitivo de los trabajadores en declive constante desde hace cinco años. Nuestros hijos siguen emigrando al extranjero para encontrar trabajo, y apenas baja la tasa de desempleo. Los servicios públicos van perdiendo calidad y cada vez conllevan más recortes presupuestarios y de personal.
Quizás, a juicio del Gobierno del PP, seamos unos despotricadores, aguafiestas y pesimistas. A lo mejor lo seremos, pero mentirosos como Rajoy no somos. A ver si, ahora, Zapatero era un descerebrado porque no previó la crisis, y este Rajoy, que se apresura a ver la recuperación antes de tiempo, qué es: pues es un iluminado, aunque mentiroso y embaucador.
Que no nos vengan vendiendo humo, falsas promesas, muy típico del PP. La Troika y el Gobierno de Rajoy no se dan cuenta de que la devaluación salarial hace que sea casi imposible erradicar la pobreza y reactivar el empleo neto.
Y con todas esas medidas se corre un gran riesgo, como cultivo de la xenofobia, el populismo, el antieuropeísmo. El descontento social, los disturbios y protestas vecinales, las legítimas reclamaciones de las mareas de ciudadanos se están radicalizando cada vez más y más. Algunos pacatos claman que todo esto subvierte las reglas del juego, la legalidad vigente y la esencia del sistema representativo que nos hemos dado.
Pero, ¿se preguntan los políticos y el Gobierno del PP si es eso precisamente lo que se está debatiendo y replanteando ahora? Ese descrédito total de nuestro sistema político actual por parte de la ciudadanía –al igual que en Italia, Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre– es lo que se está cuestionando en España. Y todo ello gracias a la inoperancia, avaricia y corrupción de muchos políticos y de muchos de los dirigentes de la gran banca y de las grandes empresas.
O sea, necesitamos urgentemente regeneración política como antónimo de corrupción, clientelismo y chalaneo.
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