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Caos e incompetencia en San Isidro

17 de Enero del 2014 - Eugenio Alonso Carreño (Oviedo)

¿Alguien se pregunta en las instituciones públicas leonesas (Diputación provincial, consejería respectiva de la Junta de Castilla León...) qué ocurre en San Isidro, cada año menos y menos esquiadores, hasta el punto de que las estaciones asturianas los hayan sobrepasado en número de usuarios, siendo así que siempre había sido a la inversa? Y a lo que se ve, esto irá a más, somos muchos los que nos cuestionamos seguir adquiriendo el forfait de San Isidro.

Respuesta más socorrida: la crisis. La crisis también afecta a las estaciones de esquí.

Pues, no, la respuesta es otra muy distinta, nada de crisis. La razón de verdad es que los usuarios de esta estación se han hartado de ella y buscan otros espacios donde esquiar. El caos y la incompetencia se han adueñado de San Isidro, a tal punto que cuando alguien sube a esquiar (180 kilómetros de viaje desde Oviedo o León) no se sabe qué sorpresa se va a encontrar, unas veces es el viento y entonces unos medios funcionan, pero otros no, en una misma zona de la estación, aunque el viento sea el mismo en esa zona. Otras, una visera de nieve que amenaza derrumbe (temporada 2012-2013, una visera de nieve sobre la zona conocida como la Solana) mantiene media estación cerrada durante dos meses, etcétera, etcétera, los ejemplos que se podrían poner son numerosísimos.

Incompetencia de las instituciones competentes (Diputación de León), que, conocedoras de la cantidad de familias que viven de la estación (las directamente empleadas en ella y las inducidas, negocios de las comarcas de Lillo y Lugueros), no hacen nada por cambiar el signo de la gestión. Incompetencia de la dirección de la estación: no sabe lo que se trae entre manos. El tener durante dos meses a todos los esquiadores subiendo esquíes al hombro para acceder al valle de Riopinos, por la cantidad de nieve acumulada en la visera ya mencionada, descalifica absolutamente a quien la dirige.

Señora directora, cuando la nieve se empieza a acumular en una cornisa se envía al personal de la estación a derribarla, y no hay que esperar a que se agigante, como ocurrió el pasado año, al extremo de poner en peligro a quien pasase por debajo. Es elemental, se le ocurriría a cualquiera, pero no a la dirección de la estación. Además, le pagan por tomar decisiones, algunas veces serán equivocadas y otras acertará, pero no por estar de brazos cruzados esperando que una visera de nieve se caiga por sí misma. Así es director cualquiera.

Más ejemplos que explican el caos que se vive en San Isidro. En los tiempos actuales la información es primordial. La información la obtenemos, los más, a través de la web de la propia estación. Ésta ha de ser veraz y puntual. Y tal como le ocurrió a quien esta información suscribe, con forfait anual desde hace más de diez años, lo cuento.

Viernes 20 diciembre. Miro la web a primera hora y dice: «Cadenas por los cuatro puntos de acceso a la estación». No subo para evitarlas. Otro día después me entero de que no eran necesarias para acceder a la zona desde el comienzo del día, así, sin ellas, subieron quienes estuvieron esquiando, y no eran pocos. O sea, no hicieron caso de lo que decía la web.

Lunes 23 diciembre. Miro la web a las 8.30 a. m., como siempre, y aparece la información del día anterior, el 22. Como a las 8.45 seguía sin aparecer nada del día 23, pensando que nada ocurría, me puse en marcha hacia la estación. Y la encuentro cerrada por viento. ¿No es posible informar desde primera hora que existe el peligro de cierre por viento y evitarnos el viaje de los 180 kilómetros? Parece que no, y es que nada funciona en San Isidro, ni web ni nada, solamente los empleados, que cumplen como pueden para mantenerla viva.

Finalizo con una última reflexión: la crisis es la misma crisis en toda España, las estaciones de invierno, tanto las pirenaicas como las vecinas asturianas, han crecido en número de usuarios en lo que llevamos de temporada. ¿Cómo explica la dirección de San Isidro que en el puente de la Constitución, con clima y nieve espléndidos, ha estado casi vacía, y así parece va a continuar toda la temporada, véanse, si no, las recientes Navidades? Es muy claro, la gente se ha hartado de tanta incompetencia.

Eugenio Alonso Carreño

Oviedo

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