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El crimen del aborto

21 de Enero del 2014 - Eloy Álvarez Busto (Soto de Luiña (Cudillero))

Acudo de nuevo a este importantísimo periódico para fijar ideas fundamentales sobre el doloroso tema del aborto, al que de nuevo estamos asistiendo en estos días con grandísima pena, viendo las falacias en las que se apoyan y que defienden algunos diputados proabortistas.

Digo que causa dolor y pena viendo cómo apoyan sus razonamientos en términos difusos como: «La salud reproductiva de la mujer», «La interrupción voluntaria del embarazo», «La implantación de una ley de plazos para poder abortar», etcétera.

La salud reproductiva de la mujer la garantizan los ginecólogos, la interrupción del embarazo se llama aborto, en definitiva, usan términos digamos «raros», «tapados», «eufemísticos» para disimular lo que pretenden, que es ni más ni menos que atentar contra la vida.

La vida es sagrada, no necesita de los políticos y proabortistas nada más que para defenderla, lo que es igual a no matarla.

Con personas tan falaces sólo se logra edificar sobre arena, sus razonamientos son falsos porque sólo Dios es dueño de la vida. Los proabortistas son personas tristes, resentidos, que quieren hacerse dueños de lo que no es suyo, y lo que digo, en presente, es que deben, y no en futuro, deberían, cambiar, convirtiéndose en personas serias, y si son políticos, dedicar sus energías a combatir otros males sociales, como, por ejemplo, potenciando las instituciones que acogen a mujeres embarazadas que no quieren o no pueden atender al hijo que llevan en sus entrañas.

Termino, señora directora, diciendo que el aborto es un crimen abominable, nunca se puede legitimar la muerte de un inocente.

Eloy Álvarez Busto

Soto de Luiña (Cudillero)

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