El esperpento político instalado en Siero
La prudencia no previene todos los males, pero la falta de ella nunca deja de traerlos. Viene esta reflexión después de leer en este diario LA NUEVA ESPAÑA el artículo del secretario general del PSOE en Siero, Roberto García Morís. Me llamó poderosamente la atención no su cadenciosa y sedosa tesitura de frases, sino que don Roberto escribiera un artículo contra su propio ejemplo, con la petición de dimitir que hace el actual alcalde de Foro, porque en política cuando se miente se dimite por ética y dignidad. Ya sé que mirarse el ombligo es un ejercicio fatuo, pero de vez en cuando, conviene observárselo, hagamos esa tarea y, de ser así, no sé ustedes, pero yo creo que no están el secretario general del PSOE en Siero ni su grupo en condiciones de cuestionar algo de lo que son cómplices, y, es más, hasta me sorprende luchen tanto por una filosofía y no vivan según sus principios.
El tiempo saca a la luz todo lo que está oculto y encubre lo que ahora brilla con el más grande esplendor, el presente en el Consistorio de Siero; es don Roberto la suma viviente del pasado, y el pasado, el mejor profeta del presente que critica, engaña a la opinión pública y miente a los ciudadanos, de esto sí que los gobiernos socialistas deberían dar explicaciones a los vecinos de Siero.
Es inquietante lo que está sucediendo en el Consistorio del cuarto concejo de Asturias, la historia de este nuevo circo político les puede parecer surrealista, pero lamentablemente es cierta, asistimos con preocupación lógica a algo que se veía venir desde que el ex alcalde socialista Juan José Corrales, molesto porque le venció en buena lid el PP en las elecciones de 2003, dijo que Pola de Siero iba a tener que «tragar» un gobierno de izquierdas, fruto del pacto PSOE-IU-Conceyu, un gobierno local marcado por la desconfianza en los que asumieron labores de representación política, y por el esperpento político de quienes no tienen argumentos ni principios éticos, sí ideologías cambiantes, con los intereses particulares por encima de los generales y desviados del compromiso adquirido. Y la moraleja concreta del caso: predicar con el ejemplo, don Roberto, porque es más importante lo que transmites que lo que dices, ya lo apuntaba Jorge V, padre del tartamudo Jorge VI.
Benigno Martínez-Fueyo
Marcenado (Siero)
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