Formación: urge rectificar todo
La visión de futuro percibida por los pensadores en los años cincuenta del siglo pasado, era preocupante: nada del presente iba a ser valido mucho tiempo, nada iba a ser igual tras la automatización de los procesos. Las tecnologías electrónicas de la inteligencia artificial con nuevos métodos de fabricación lo cambiarían todo. Cambios hasta en la relación USA/Europa; USA ya mira a Asia. En España un porcentaje importante de pensadores no toman en consideración esta realidad cambiante del presente; un presente del que son responsables al enseñar la realidad del pasado como la única válida posible; los restantes, ignorantes de la realidad pasada, coordinan reformas progresistas sin fundamento alguno. Sin embargo, otros países están atentos y vislumbran los cambios antes de que aparezcan; como el de asumir que al aprendiz-obrero-copiador ha muerto. Sólo la sociedad que apueste por el saber pensar que permitirá el paso del aprendiz-obrero al técnico-investigador, tendrá éxito. Es necesaria una actividad-económico-productiva rentable para ahorrar e invertir en los sistemas automatizados; pero si el accionista quiere dividendos y desprecia inversiones: la industria está muerta. El técnico-investigador y la automatización de procesos desplazan al aprendiz-obrero generando una gran destrucción de puestos de trabajo. Asumir estos cambios arrastra a las empresas a buscar permanentemente mercados en lo global a causa su elevada actividad-económico-productiva-automatizada, mientras, en lo local, se saturan mercados debilitados por el desempleo. Sólo tendrán éxito las sociedades con visión de futuro que estén anticipando esta situación glocal y apuesten por la alta educación en formaciones tan poco valoradas como: filosofía, humanidades, lógica, matemáticas... Especialidades que facultan para el saber pensar, crear y adaptarse. Una persona, tras formarse en el grado para obtener los conocimientos del saber pensar en los términos de una profesión, deberá aprender en los postgrados las destrezas cognitivas y prácticas que correspondan a las ocupaciones que, como técnico-investigador, obtenga durante su vida laboral en su entorno local. El aprendiz-obrero-copiador ha muerto; los países no-automatizados serán abandonados a un convulso subdesarrollo de artesanos y mercados medievalistas para turistas.
Debemos seguir el Marco Europeo de Cualificaciones en la dimensión de sus ocho niveles estructurados en torno a las ocupaciones en todos los sectores. Ejemplo: sector de la construcción: peón, ayudante de albañil, albañil, albañil de primera, jefe de obra, arquitecto técnico, arquitecto y doctor arquitecto y, en la dimensión de estratificar la formación, en: formación de grado, postgrado ocupacional y prácticas ocupacionales en empresa. La tan famosa formación dual deberá establecerse en alternancia con la formación ocupacional a todos los niveles a lo largo de la vida cada vez que se cambie de ocupación a causa de búsqueda de empleo o de promoción profesional ocupacional. Craso error cometió este país al prescindir de los criterios que, desde la Dirección General de Enseñanzas Medias, regían en el SEAF-PPO: una institución que saliendo de monitorizar al aprendiz-obrero-copiador durante los años sesenta del pasado siglo, entraba en los setenta con visión de futuro formando al técnico-investigador (no sin una fuerte y lamentable resistencia interna que salió triunfante). Pero los AASS, PSOE y MEC no ayudaron a la innovación, eliminaron a sus funcionarios docentes y menospreciaron los cursos del INEM específicos para formar el técnico-investigador; ciegos, como estaban, por los fondos estructurales que la UE dirigió a dichos programas al establecer como fuente de la FP ante el CEDEFOP al INEM; que repartió los fondos entre sus colaboradores. Ahora, urge rectificar: nada del presente es valido.
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