Locutores y parladores
Qué gratos recuerdos guardo de los locutores que comentaban, narraban, corridas de toros, partidos de fútbol...
Qué entusiasmo, qué versión la que escuchabas, porque tú no veías nada, sólo oías con precisión la ligera expresión de fidelidad y entusiasmo, era un pasmo lo que transmitían.
Hacían como si vieras lo que sucedía; ahora ves y oyes a los mastuerzos que ni hacen esfuerzos para expresarse bien; yo creo que aun sin escribir, sólo al hablar, cometen faltas de ortografía, no son fiables para nada. Son una manada pequeña, y ni siquiera entusiasmada, se quieren inmiscuir con sus apreciaciones, lo que ellos creen sus precisiones, y dejan mucho que desear.
Te preguntas, los ves, y quieren que te pongas delante de la pantalla, y a callar, porque para oír tanta bazofia, tanta mentira, algo atrofia.
No se puede soportar más, quieren que veas lo que ni ellos ven, y a su locución no se la puede llamar más que «ladrar» oyendo y viendo la realidad.
No tienen ninguna imaginación, y si tienes en cuenta las burradas que comentan podían atribuirse aquel dicho que decía: llamálloslo «MA» para que no me lo llamen.
Amalio Rubiera Rato
Oviedo
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