"Escanda": un modelo de convivencia
¿Qué le queda a uno frente a la difamación, sino la protesta? ¿Por qué arremeter contra un proyecto del que se desconoce todo? Y si a estos interrogantes unimos el que un articulista de este mismo medio utilizó el insulto como recurso, ¿acaso no comprende que desde ese preciso instante quedó deslegitimado del todo, porque quiere decir que carece de argumentos con los que rebatir el, por otra parte, ilusionante proyecto de «Escanda»? Todo esto viene como respuesta al artículo aparecido en el diario LA NUEVA ESPAÑA del mes de abril pasado de Roberto García («Okupas y alquilados»).
Cuando argumentas en tu artículo de la situación idílica de las gentes participantes en este proyecto y que lo logran a base del esfuerzo ajeno, desconoces que son gentes muy comprometidas con este proyecto y muy trabajadoras, porque he ahí el producto de ese trabajo a través de la recuperación de edificios en ruinas, plantación de huertas ecológicas, o proyectos de energías renovables entre otros. También yerras en tus acepciones cuando sostienes que nadie conoce sus actividades, porque pecas de cierta vaguedad por no haberte molestado en mirar ni tan siquiera su página web, en la que puedes conseguir toda la información sobre sus proyectos.
Otra de tus acepciones sin sentido: ¿por qué te empeñas en afirmar que una vez que restauran un edificio lo deben abandonar, si es precisamente un proyecto de vida y a largo plazo, y precisamente le hace un bien incuantificable al concejo y a toda Asturias?
Desde «Escanda» no dicen –tal como tú argumentas– cómo han de vivir los demás, sino que plantean una forma de vida diferente, opuesta, ante todo, al consumismo por el consumismo –que, por cierto, ese modelo del consumismo imperante sólo beneficia a unos pocos y nos sale muy caro al resto de ciudadanos–, y cuando planteas que viven de casa gratis y que lo pagamos todos, no es cierto, porque ¿acaso no sabes que todo edificio que no se habita acaba por deteriorarse, y desde «Escanda», al rehabilitarlo, ayudan tanto al concejo como a la fundación al recuperar edificios que son patrimonio de la cultura asturiana?
Al ser un proyecto que reduce la dependencia del mercado y del Estado a través de la agricultura ecológica, energías renovables, reconstrucción de edificios abandonados en el campo, y educación alternativa –basada en la solidaridad y sostenibilidad– (por cierto, abierto a todo el mundo), ¿acaso existe algo más encomiable y democrático en este país?
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo