Yo sólo quería comer bien
Leyendo entre las ofertas de los centros sociales de la página del Ayuntamiento de Oviedo descubrí que se impartían muy cerca de mi casa unas clases de cocina. En la página web indicaba que iban dirigidas al público en general y que eran gratuitas, así que me pareció que podría estar bien probar un par de días. Como las plazas eran limitadas, busqué el número de teléfono del centro social y llamé inmediatamente para reservar la mía. Pero qué decepción me llevo cuando la persona al otro lado del teléfono me indica que es una asociación que sólo permite en sus clases a mujeres. Mi mente no lo comprendía, algo no encajaba en todo aquello, la asociación se llamaba Mujeres en Igualdad de Asturias, pero de qué igualdad se trataba, yo quería ser como ellas y no podía, claro..., yo no era mujer. Volví a leer la información de la página del Ayuntamiento por si se me había pasado algo por alto, pero no, estaba bien claro, la actividad estaba dirigida al público en general.
Entiendo que esta carta es una nimiedad comparada con todos los problemas que tratan a diario en el Ayuntamiento, pero le agradecería que actualizase la información de su página, pues seguro que ha llevado a error a más de un hombre que, como yo, sólo busca ampliar sus recursos culinarios.
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