Al presidente del Sporting de Gijón
Nos dice que va a subir los recibos entre un 10 y un 15 por ciento, y se queda tan pancho. Nos dice que es para sanear el club. ¿No le da vergüenza sabiendo que estamos en crisis y que hay mucha juventud en paro que acompaña al equipo en los desplazamientos, aun con los muchos gastos que les ocasiona?
Ya nos quiso meter cuatro días del club. Nos cobró todos los partidos de la Copa del Rey. Nos cobró 5 euros por ver al Sporting B con la Ponferradina. Cobró al acompañante del socio 20 euros y 25, y eso porque vio las orejas al lobo, teniendo como ejemplo a otros clubes como el Valladolid (acompañantes, 5 euros), el Villarreal (acompañantes, gratis), etcétera, etcétera. Si para usted sanear el club es estrujar al socio es que es un mal presidente.
Los clubes se sanean gestionando las ayudas del Principado y los ingresos de televisión, que es mucho dinero. Se sanean no desplazando a 22 jugadores, como si fueran de excursión, para jugar un partido de 90 minutos. Los clubes se sanean comprando y vendiendo jugadores. Fiche a técnicos que sepan. Mándelos a Sudamérica o a África, que allí hay buenos jugadores. Y si en un año o dos no pescan nada, cámbielos por otros. Los clubes se sanean controlando al director deportivo, que lleva cuatro años viajando por todo el mundo a costa del Sporting, para terminar fichando jugadores tan malos como Hidalgo o Colin, este último por más de 80 millones.
En tres años se ficharon 19 jugadores, de cuyas limitaciones todos los equipos saben. Ellos mismos dicen honestamente que para ganar en Primera tienen que jugar al 150 por ciento y tener suerte. Jugadores que, en el mejor de los casos, para poder deshacerte de ellos tienes que permitirles marchar gratis.
Dígale al técnico que en vez de soñar con Maldonados sueñe con jugadores de más calidad. Infórmese en Jerez, a ver por qué un equipo en bancarrota y sin fichar a un solo jugador sube sobradamente a la Primera División. Ésta es otra forma de sanear un club.
Acuérdese de aquellos fichajes sudamericanos como Reza, Doria o Ferrero, este último el mejor jugador que tuvo el Sporting, pretendido por varios clubes, y que no se marchó hasta que colgó las botas. Además de ser el mejor entre los grandes jugadores, nunca amenazó con dejar el club si se le bajaba el sueldo, e invirtió todo lo que ganó aquí, en Gijón. A ver si alguien se lo reconoce.
En fin, señor presidente, sea más social y menos pesetero, para que, sobre todo la juventud, no pierda la ilusión y siga yendo a El Molinón.
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